RESUMEN: El aroma, la textura de la piel, el carmesí de las mejillas, las grietas sangrientas en los labios, todo era un ardiente deseo para él.
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La última pelea en el Upside Down fue dura, tan pesada, acabo con todos nosotros.
Más con Eddie, cuando todos esos demobats lo atacaron y él se despidió de mi diciendo que había sido su bocanada de aire y de repente todos sus indicios de vida se fueron.
Solo entre en shock, jamás de imaginas estar frente a tu novio sin vida y cuando caí en cuenta las lágrimas empezaron a formarse en mis ojos y las manos de Dustin tratando de sacarme de ahí.
Pero como si un desfibrilador hubiera tenido contacto con él pecho de Eddie el despertó.
Salimos del Upside Down y las semanas previas al "terremoto" que destruyo Hawkins Eddie había estado en cama esperando a sanar del todo.
Aún que yo no lo llamaría sanar, porque estuvo fuera de cama todo el maldito tiempo, siempre estaba inquieto y luego ni siquiera estaba en el hospital.
Y cuando las heridas de Eddie sanaron por completo, que siendo sincera fue en un lapso muy corto de tiempo, contando la gravedad de estás.
Eddie volvió con su vida normal, solo que había unas cosas que no siempre habían sido normales.
Cómo sus desapariciones misteriosas por horas, cómo su sentido auditivo había incrementado y su extraña actitud hacia mí.
Si bien, él siempre ha sido fan del contacto físico, esa es su forma de demostrar amor, siempre de alguna manera buscaba la forma de estarme tocando, a veces lo hacía inconscientemente.
Ahora paso de tocarme a estarme oliendo todo el tiempo, por extraño que eso suene, su nariz jamás se despega de mi piel.
Ya sea que esté olfateando mi cuello o mis brazos, mi pecho o mi cabello.
No he mencionado esto, porque asombrosamente esto no es lo más raro en lo que se ha convertido mi vida desde que volvimos del Upside Down.
Desde aquel día que cruzamos el portal del camper de Eddie, me siento vigilada, acechada, siento que todo el tiempo hay ojos puestos en mí.
Que cada cosa que hago, cada acción, cada expresión, cada mínimo movimiento alguien lo tiene fríamente calculado.
Y eso me causa un terror inexplicable, un terror que aún que desee huir de él es imposible.
Tengo miedo, no tanto por el hecho saber que cada que me siento observada por más que trate de buscar no encuentro ningún para de ojos viéndome.
Tengo miedo, por el hecho de saber que esos ojos me tienen tan bien vigilada, saben lo que hago todos los malditos días, saber que algún día mientras hago las cosas cotidianas de mi vida, la persona portadora de esos ojos me ataque.
