𝑫𝑶𝑷𝑨𝑴𝑰𝑵𝑬|𝑂𝑛𝑒 𝑆ℎ𝑜𝑡𝑠|𝑬𝒅𝒅𝒊𝒆 𝑴𝒖𝒏𝒔𝒐𝒏/𝐽𝑜𝑠𝑒𝑝ℎ 𝑄𝑢𝑖𝑛𝑛

I'm a fucking mess || E.M

RESUMEN: soy un maldito problema y aún así me amas

La mente de Elizabeth es un completo misterio, nada es seguro ahí dentro, un día puede estar deseando morir y al otro evadiendo todo.

Lo único que es seguro es que tiene una guerra en su mente, todo el día la puede escuchar gritando, solo que ha aprendido a evitarla.

Y dentro de la escuela no es nada más que un personaje de fondo, cuando la mencionan las personas siempre preguntan lo mismo.

"¿Quién es Elizabeth?"

Pero hay alguien, alguien que si la ha visto, que la ha observado, que sabe quién es Elizabeth.

Eddie Munson ha visto esta bola de sudadera y capucha moverse por toda la escuela.

Y le causa mucha curiosidad saber quién es esa chica rara que al parecer solo él conoce.

Y su clase comenzaba, Elizabeth llegó con su walkman puesto y se sentó en el mismo asiento de siempre.

Segunda fila, lado izquierdo, pegada a la ventana, saco su cuaderno, su libro y espero a que el profesor llegará.

Pero Eddie se acercó a ella, se sentó a su derecha y está solo volteo a verlo, extrañada.

La clase comenzó, Elizabeth ya no escuchaba música y solo trataba de prestar atención a su clase.

Pero al parecer una mariposa que volaba fuera del salón llamo su atención.

Y en esa orilla de su cuaderno, debajo de su apunte, Elizabeth comenzó a dibujar detalladamente a esta.

Y concluyó escribiendo a un lado lo fácil que sería ser una mariposa, como le gustaría tener una metamorfosis y poder volar.

Todo esto Eddie lo sabía no por ser un chismoso, sino, porque lo había notado y sin que ella se diera cuenta tomo prestado su lápiz.

Lápiz que devolvió al terminar la clase, cuando seguía a la chica al bosque y la encontró en un mal estado.

Estaba ella parada, sosteniendo su cabeza con las manos y calmando la respiración para tratar de no llorar.

- ¿Estás bien?

Elizabeth abrió los ojos y miro al chico, rodando estos para después asentir levemente.

- ¿Qué quieres?

-Olvidaste tu lápiz.

-Gracias.

Elizabeth lo tomo y metió a su bolsillo, agarró su mochila y se alejó.

- ¿Todo bien?

-Deberías meterte en tus propios problemas, Munson.

-Me conoces.