EXTRA

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Era un día cotidiano para Lee Minho, un niño de 10 años que solía ser despreocupado, no tenía amigos y estaba feliz con eso, aunque deseaba tener a alguien con quien compartir las tardes libres de los fines de semana además de ir con su madre, le gusta estar con ella, era seguro, pero al ser hijo único, no había nadie a quien pudiera molestar o jugar, así que solía ser aburrido.

Ese día había salido al parque junto a su madre, pero recién ella se distrajo para saludar a una amiga, rápidamente se fue a la parte más alejada del parque, le gustaba ir a ese lugar donde todo era lejano, los ruidos, las risas, las personas, todo era lejano.

Miraba curioso el alrededor, los árboles y los pájaros que pasaron sobre él volando en el cielo.

—Quisiera volar — se dijo a si mismo y siguió caminado.

De pronto, unos ligeros sollozos llamaron su atención, parecían ser de un niño y con cuidado, buscó al dueño de aquellas lágrimas.

Se escondió tras un árbol notando a un niño muy pequeño y delgado limpiando las lágrimas que se resbalaban por sus grandes mejillas sobre una banca del parque, parecía que su mirada no enfocaba ni mostraba nada, Minho solo se hizo una pregunta:

—¿Cómo se vería sonriendo?

Sin pensarlo mucho, junto sus manos en sus costados, levanto la mirada y empezó a marchar frente al niño desconocido, camino unos pasos y luego de media vuelta, notó que tenía la atención del niño.

Perfecto, pensó junto a una sonrisa.

El niño observo a Minho con curiosidad, ladeó la cabeza recién cruzaron miradas y fue imitado, nuevamente movió su cabeza y le siguieron el paso. El niño reía mientras Minho repetía sus movimientos acercándose poco a poco hasta quedar frente a él viéndolo con una sonrisa divertida, logró verlo como quería.

—Soy Lee Minho — extendió su mano al niño — ¿quieres jugar conmigo?

El pequeño dudo un momento, nunca había conocido a ese niño frente a él, pero era alguien divertido y le había ayudado a dejar de llorar, estuvo feliz y tomó su mano.

—Soy… Han Jisung — tenía la mirada baja — ¿podemos… jugar un poco?

—Por eso te invite a jugar, porque podemos — ejerció fuerza y levanto a Jisung de la banca — hay que jugar mucho.

Llevo al niño hasta los juegos del parque, lo subió al columpio y lo balanceo con lentitud, lo escuchaba reír y lo hacía a la par, era divertido escucharlo, era divertido intentar que llegará aún más arriba como un ave, pero se contuvo, le daba miedo el aquel niño que se cayera o asustará.

Esa tarde, ambos jugaron animadamente y cuando se despidieron, fue el momento más difícil para Minho, Jisung era un niño demasiado tierno y quería cuidarlo, verlo diariamente si era posible, agradecía haberse escapado ese día para conocerlo.

Días después, en su escuela, vio a Jisung en un aula, ahí se le acercó preguntando su curso descubriendo que era menor por dos años, a pesar de eso, cada que salía al receso, iba a buscarlo para jugar con él.

Con el tiempo, lo fue conociendo, fueron tomando confianza mutua, Minho había empezado a querer y apreciar la compañía del menor, cada vez inventaba más y más excusas solo para haberlo, hasta que un día, a los quince años, descubrió algo…

Hellevator ﻌ [Minsung] ☑︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora