Zoro abrió su ojo y se enderezo con total calma, fue tan notorio que eso fue una pesadilla, pero su mano no dejaba de temblar -que estupidez- murmuro y se la llevo a la frente, respetaba a Sanji, era uno de sus más preciados Nakamas, eso jamás cambiaria y aun asi no podía perdonarlo, no podía dejar que esto pasara como si nada, aun cuando su vida estaba en juego, aun cuando el niño en parte no tenia culpa alguna, no podia hacerlo todavia, todo era tan sombrío y desagradable que tenia ganas de vomitar.
Se estaba convirtiendo en un verdadero monstruo -¿Zoro?- Luffy llego a su lado y toco su hombro -ambos están bien, pero Sanji debe quedarse en cama y Torao se hará cargo del bebé en su barco, nos dijo que es un niño-
Un varón, su primogénito, entrecerró su ojo y sintió el disgusto -entiendo-
-No puedo comprender del todo como asumes esto, pero puedo comprender como te sientes, tu herida sigue sangrando y el dolor no se apacigua, pero aun así se que eres amable y que tu corazón- su puño choco con el pecho del espadachín -desea perdonarlo, pero aun no es el momento-
Abrió los labios balbuceando algo y mostro su verdadera cara, seguia dolido y más triste que antes -lo sigo amando más que antes pero el pecho me duele, quiero odiarlo, enserio, pero verlo tan brillante…se veía tan hermoso con su vientre, me siento orgulloso- se cubrió la boca evitando vomitar -quiero matarlo pero lo amo-
Le coloco su sombrero y se acuclillo a verlo -Zoro, estarás bien porque se lo fuerte que eres, llegara el momento en que podrás asumir esto y sonreír-
-Luffy-
-El dolor no se va- recordó a Kuina -el dolor se queda pero lo vamos asumiendo hasta que lo hacemos parte nuestro y podemos vivir con el, seguimos respirando, comiendo, sanamos y así podemos continuar amando ¿no lo crees?-
Este era el futuro Rey de los piratas, maldición, estaba tan feliz de estar aquí -gracias Capitán-
Se quito el sombrero y quiso devolverlo -tenlo por ahora-
Se lo llevo a su pecho y miro el anochecer, definitivamente esta conversación no seria en vano.
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Tercer dia desde el nacimiento.
-¡Que lindo!- admiro al bebé que estaba en la incubadora, era más pequeño de lo usual y tenia un parecido con el peliverde, eso le causo cierto disgusto -¿Qué debo hacer?-
-Por ahora solo debes mirarlo, si algo sucede avisa a uno de mis Nakamas y ellos sabrán que hacer- se retiro con su habilidad y Nami frunció el ceño
-¿Qué fue eso?- miro con ternura al pequeño -no te preocupes, te cuidare, soy la Tía Nami-
Law en tanto miro a Sanji quien tenia unas terribles ojeras, no hacia mucho despertó y se veía terrible, la perdida de sangre, la cirugía y el saber que su bebé estaba tan delicado le sintieron fatal, no podía verlo, no en su estado -¿Zoro?- pregunto, tenia fiebre, era algo normal pero eso no dejaba de preocuparle -Zoro- movió su mano, quería sentirlo y Law tristemente le entrego la suya.
-No soy Zoro-ya- el rubio cerro sus ojos dejando caer unas lagrimas -pero me gustaría serlo- tomo nota de como estaba ahora y esto se estaba poniendo feo en poco tiempo, era increíble que ambos hayan salido vivos -no te rindas, tienes un hijo-
El pesar del cocinero era Zoro, su único arrepentimiento era él, suspiro y Robin toco su hombro sorprendiéndolo -¿Cómo se encuentra?-
-¿Puedes verlo? Necesito hacer algo-
-¿Descansaras? No has dormido nada-
Sus ojeras estaban más marcadas -estoy bien, solo hazlo- ignoro a cualquiera que se le cruzo y apenas estuvo en el nido de cuervo desenfundo su Katana y Zoro detuvo su golpe.

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Perdona mis actos
RomantizmSanji cegado por el amor a Zoro comete un acto que creyo que se borraria con el tiempo, pero al parecer no sera tan sencillo.