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La mañana pareció llegar rápidamente y la lluvia había cesado, Felix agradeció y el echó de que hoy entraba al trabajo un poco más tarde de lo acostumbrado, pero bueno, su reloj biológico no era una broma y ya estaba con sus ojos abiertos a las si...

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La mañana pareció llegar rápidamente y la lluvia había cesado, Felix agradeció y el echó de que hoy entraba al trabajo un poco más tarde de lo acostumbrado, pero bueno, su reloj biológico no era una broma y ya estaba con sus ojos abiertos a las siete de la mañana, aunque la pereza le gobernará y el rubio deseara quedarse una eternidad bajo el calor de sus mantas, ya se veía sentándose sobre el colchón y fijar su somnolienta mirada en un zapato que se encontraba al otro extremo de la habitación. Pensando sobre el día pasando, Felix recordo que hoy en la tarde tendría una junta con todo el personal de la empresa de moda, de solo imaginar a su asqueroso jefe con esa mirada perversa hacia su cuerpo, el rubio tembló asqueado. Anoche disfruto tanto del café y en si, el nuevo gatote en su casa se había comportado muy bien al ser curado...

Gatote gigante.

Gatote.

¡Mierda!

Felix abrió sus ojos como platos y fue a su cuarto de bañó para cepillarse los dientes apresuradamente ¿Y si aquel gato había destruido su sala? ¿Y si este estaba comiendo todo en su cocina? El rubio termino y salió de su habitación rápida pero silenciosamente, asomándose por las escaleras antes de bajar estas.

El tigre no estaba en el tapete de entrada.

Ay no, control animal tardaría mínimo dos horas en llegar. Pensó Felix entrando en pánico mientras bajaba las escaleras lentamente, rezando en todos los idiomas posibles para que el tigre o haya destruido nada, o peor aún, estuviera esperando a Felix para desayunarlo al mojo de ajo.

Felix logró poner sus temblorosos pies en la planta baja y se fijo a su alrededor, el gatito no estaba, hasta que se fijo en su sofá.

Ahí estaba, su delgada y rayada cola caía suavemente del sofá y sus enormes patas salían del pequeño sofa donde se encontraba plácidamente dormido. Felix se acerco a paso sigiloso y al estar cerca, miro al hermoso animal completamente seco y con la herida aún vendada, curioso por saber que tan suave era su pelaje, el rubio paso su temblorosa mano por el pelaje de sus costillas delicadamente. Felix no había tenido la oportunidad de acariciar un animal salvaje, y realmente su pelaje era como aparecía en la televisión, suave, esponjoso y hermosamente delicado.

-Que bonito eres, gatote.- Musito Felix dulcemente.

Y el animal abrió sus ojos azules de golpe, enderezando una oreja en dirección a Felix.

El rubio abrió sus ojos asustado y lentamente alejo su mano de su pelaje, lo que menos quería era visitar el estómago de tal animal que posiblemente se lo comería por ser tan ruidoso con su voz.

Pero el tigre lo ignoro, al contrario, estiró sus patas cuál gato dormilón y ronroneo audiblemente ante el placer de poder estirarse, el tigre se puso en cuatro patas y se acerco lentamente a Felix, asustándolo con esa mirada asesina tipica de un tigre.

Tiger [Minlix]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora