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El tigre quiso nuevamente zafarse del agarre de Felix pero era en vano

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El tigre quiso nuevamente zafarse del agarre de Felix pero era en vano. El chico podía parecer pequeño y frágil pero era muy pesado cuando se lo proponía. Lee terminó de quitar la venda que cubría la herida del tigre y comenzó a desinfectarlo, obviamente el gatote estaba tentado en enterrar sus garras en el trasero de Felix, porque vamos, mataría dos pájaros de un tiro, descargaria el dolor que estaba sintiendo y por fin sabría si los glúteos de Felix eran tan suaves como parecían a simple vista. Estába a punto de hacerlo, sin embargo, caricias llegaron tras su oreja y eso fue suficiente para que el tigre se relajara sobre el sofá.

Maldito humano, pensó Minho ante las caricias de Felix tras su oreja.

—Aww, el gatote está ronroneando.— Menciono Felix suavemente.

Y tenía razón... Minho estába actuando como un gatito de sala.

—Listo, te he puesto una venda nueva.— Felix palmeó suavemente el costado del tigre, haciendo un grabé eco. —Mas te vale que no andes de curioso mordisqueandola.—

Felix le dio la espalda, tomo el maletin  dónde guardaba las vendas y otras cosas más para sanar la herida de cierto gato gruñón que ahora estába recostado en el sofá.

Habían pasado exactamente cuatro días desde que esa criatura híbrida invadió su hogar y prácticamente de su sofá. Felix poco a poco se fue acostumbrado a su presencia, tanto al gatote de sala como al caliente chico en el que se convertia. La tarde era muy fría, y aquella cabaña no ayudaba para nada, Felix comenzaba a temblar de frío mientras veía el televisor, aclarando que solo tenía un pedazo donde sentarse en el sofá pues que el feo tigre ocupaba todo el gran espacio.

—Hace tanto frío...— Se quejo el rubio frotando sus brazos para obtener un poco de calor.

El tigre lo observaba con su preciosos ojos azules sin moverse de su lugar, Felix era tan pequeño como vulnerable, aunque Minho sabía que solo su capa de "niño fuerte" era una fachada ya que lo había visto todo meloso cuándo se restregaba contra el en busca de ésas caricias tras su oreja. Ronroneo y con toda la pereza del mundo, con sus dientes atrapó la camisa de Felix, jaloneandolo hasta recortarlo a su lado. Lee estaba confundido, el tigre paso una pata sobre el, cómo si lo estuviera abrazando y el calor llegó al rubio gracias al suave pelaje de Minho.

—Despues de todo tienes corazón,
gatote.— Murmuró Felix acomodando su cabeza en el pelaje del tigre.

Minho gruñó en respuesta y cerro sus ojos, dispuesto a dormirse con el humano miedoso acurrucado contra el.

Felix estuvo mirando al tigre unos minutos eternos, sus manos acariciaban el pelaje naranja con rayas negras y algunas finamente blancas, era hermoso, claro que lo era... ¿Su lado humano? Uff ¡Para chuparse los de...! ¡Controlate, Lee Felix! Se quejó mentalmente el rubio.

Tiger [Minlix]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora