Tiger [Minlix]

04

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—Definitivamente tanto café te está haciendo alucinar, pastelito de miel, debés dejar ese vicio ahora.— Jennie musitó tomando el café de las manos pequeñas de Felix y alejarlo de el.

—¡Te lo juro Jennie noona!, ¡Hay un lindo tigre que se transforma en un caliente chico en mi hogar!— Felix revolvió sus rubios cabellos estresado.

—Definitivamente el café te pone loco, no más líquido amargo para ti.— La chica negó lentamente hasta ver a su esposo pasar casualmente por su pasillo. —Ya veremos si te cree Kai ¡¡AMOR!!— Chilló Jennie provocando que Felix se sonrojara avergonzado y el nombrado girase.

Felix estaba muy perdido mirando la pared como para notar como Kai se acercaba a ellos con una sonrisa brillante en su rostro. Dejando en casto besó sobre los labios de su esposa.

—Ugh, Felix pareces muy cansado, ¿Estás durmiendo bien?— Pregunto el hombre amablemente.

Felix asíntio bajando la cabeza.

—Mira cariño, este pastelito de miel está diciendo que en su casa hay un tigre que se convierte en humano ¿Le crees?— Jennie peinó sus cabellos negros a sus costados, mirando la cara confusa de su marido.

—Eh... ¿Un que?— Pregunto el pelinegro con una pequeña risa incrédula.

—¡No estoy mintiendo!— Felix apoyo su frente sobre su escritorio y bufó inflando sus mejillas. —Realmente hay un híbrido en mi hogar...

Daniel se quedó mirándole pensativo al igual que Jennie, ambos tan indecisos sobre si creerle o no al sonrojado y estresado rubio frente a ellos.

—Supongo que la imaginación y los sueños te hacen creer que ves la realidad.— Dijo porfin Kai filosóficamente. —Es como poner a hervir agua y mirar fijamente la olla donde se está evaporando, al principio no notarás que va bajando pero al final ves el contenido sin nada...

—Eso no tiene ningún sentido, hyung.— Dijo Felix mirándolo incrédulo.

—Tampoco lo que estás diciendo, Felix.— Finalizo el pelinegro llevando su mano a la frente del más jóven. —Debes ir al médico pronto... o a un psiquiatra.—

—¡Kai!— Le regañó su esposa.

—Lo siento, cariño.— Beso la frente de Jennie y salió disparado del lugar, dejándoles de nuevo sólos.

Felix masajeó sus sienes y cerró sus ojos, Minho éstos días había estado siendo un tremendo y gran descarado al andar por toda la casa sin camisa. Ah, pero Felix no puede mirarle de reojo porque te sale con su mierda de: "¿Me tienes tantas ganas y por eso me andas mirando así verdad?"

Felix amaba la buena carne ¡¿Cómo no iba a contemplar tremendo banquete pasearse por su casa?! Odiaba que el chico/tigre fuera tan egocéntrico, tan idiota, ¡Tan imbécil! ¡Tan caliente! Tan...