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Habían pasado los días después de que Felix se había enterado de la existencia de un hermano de Minho, después no mencionaron más del tema el resto de los días

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Habían pasado los días después de que Felix se había enterado de la existencia de un hermano de Minho, después no mencionaron más del tema el resto de los días. Y es que el joven de cabellos amarillos estaba un poco incómodo, Minho no le diría la palabra a menos de que Felix tomase la iniciativa y claro, Felix con tal de no molestar a su gatote no hablaba casi nada.

—Ahm... ¿Honnie?— Preguntó Felix con el rostro fijo en su plato.

Minho solo murmuró un débil "mh" dándole señal a Felix para que continuara hablando.

—Yo... vendre hasta en la madrugada, doblaré turno.— Dijo Felix, enterrando el tenedor con nerviosismo sobre el trozo de carne que había cortado segundos antes.

¿Por qué de pronto Felix se sentía temeroso? Minho a estado muy distante desde que le conto sobre su hermano estraviado y tenía miedo de decir algo inadecuado para hacerle enojar y perderlo para siempre.

—De acuerdo, cuídate mucho.— Dijo Minho evitando su mirada.

Felix sintió su corazón doler ante la voz plana de Minho y solo atinó a mirar sus manos en su regazo.

—¿Estás bien, gatote?— Preguntó Felix.

Minho nego mientras terminaba de almorzar en silencio, después llevo sus platos sucios al lavabo y se recostó en el sofá sin decir nada más. Felix podía entender que Minho estuviera así por su hermano pero ¡Evitandolo no conseguía nada! Se sentia tan debil a causa de ser ignorado por el chico que le robaba más que solo mimos y palabras bonitas.

Terminando de almorzar, lavo sus platos sucios y subió a su habitación para comenzar a vestirse, talvez en el trabajo podría distraerse de lo que sucedia con su gatote salvaje, solo deseaba poder estar como antes con él, porque Minho ahora parecía un pedazo de hielo, sumergido en su propio mundo y evadiendole. Hora y media habían pasado y Felix estába acomodando su corbata roja, cuando escuchó una voz conocida alarmandole.

—¡Pastelito de miel! ¡¿P-por qué demonios tienes un tigre en casa?! ¡No te acerques, bestia horrenda, tengo un spray pimienta y no dudaré en usarlo!— Amenazó Jennie aterrada.

Felix bajo las escaleras corriendo solo para ver a Minho con las orejas abajo en modo agresivo con Jennie en un rincón de la casa abrazando en spray como si de eso dependiera su vida. La preciosa cola del tigre se movía con elegancia y peligro, mientras un pequeño gruñido abandonaba su boca, listo para rugir.

—¡Honnie! ¡Deja a Jennie en paz!—

El tigre oyendo la dulce voz del rubio soltó un gruñido y se alejó perezosamente hasta el sofá de siempre, recostandose lentamente y perdiéndose en sus pensamientos.

Felix lo observó soltando un suspiro, para cuando regreso su vista a Jennie, está estába asustada abrazando su spray pimienta con toda la fuerza del mundo.

Tiger [Minlix]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora