Tiger [Minlix]

Final

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FINAL

El tiempo había pasado finalmente, Minho y Felix ahora eran novios de manera formal, después de mucha espera por fin Minho se había propuesto pedirle noviazgo de una manera tímida y tierna.

*FLASHBACK*

—De acuerdo rayadito, estás consciente de que tener de pareja a la cosa amarilla es tener un boleto gratis para ponerte el mandil ¿Cierto?— Pregunto Hyunjin bastante asombrado por la seguridad de su enamorado amigo.

Del pecho de Minho hizo borrar un gruñido en señal de alta molestia respecto al comentario de su amigo.

—Bueno hagamos como que nunca dije eso.— Soltó una risita notoriamente nerviosa, rascando su nuca como si de esa forma pudiera distraerse de la penetrante mirada del tigre que tanto le estaba incomodando.

Minho sonrió para si mismo cuando Hyunjin bajo la mirada bastante avergonzado. Y es que el más alto podría soportar cualquier tontería que a la pantera se le ocurriera decir, pero algo que tenga que ver con su cabeza de sol era algo que no permitiría en absoluto.

—Quiero pedirle que sea mi novio de una forma bonita.— Minho acarició entre sus dedos el collar de solecitos que Felix anteriormente le había colocado.

Respecto a eso, Minho tuvo una sería conversación con su pequeño rubio sobre la gran diferencia entre un gatito y un tigre. Al parecer el rubio lo había entendido, sin embargo, aún trataba a su gatote como un dulce minino inofensivo.

Aunque seamos sinceros... Minho amaba ser mimado por Felix.

—En buen palo te vienes a arrimar Minho.— Soltó Hyunjin con su característica voz ronca. —Yo no sé de mierdas románticas, fue una suerte tener de novio a tu hermano, de lo contrario moriría sólo.—

Minho bufó y se puso de pie. —Lo se, yo buscaré la forma de que salga perfecto.—

Sin más, salió de la cabaña, debía de aprovechar la mañana en qué Felix descansaba cuál ángel hermoso y hallar una tierna forma para convertir a cabeza de sol en su todo, oficialmente.

Tomando forma del precioso e imponente tigre, se perdió entre los enormes árboles tenebrosos que formaban el solitario y tranquilo bosque. Necesitaba un poco de frescura para poder pensar más, Felix merecía obtener una propuesta de noviazgo a la altura de su perfección y no le importaba a Minho poner de cabeza el mundo con tal de que Felix obtenga lo mejor del mundo.

Era un poco difícil viniendo de un pobre tigre con suerte. Pero no imposible.

Así que, con ese pensamiento motivacional, corrió de la forma más veloz que podía ejercer, hasta que finalmente sus ojos captaron una curiosa similitud con la cabeza de sol que portaba Felix.