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Sana se arrodillo frente al sillón, admirando las facciones tranquilas de su novia.

El sol alumbra la sala de manera brillante, por suerte Azumi cerro las cortinas para que la luz no molestara a la taiwanesa durmiendo en el sillón.

Sana salió de su habitación en la madrugada y evidentemente no sabía que su novia se había quedado a dormir, por lo que fue directo a la recamara de su abuela, en donde se desahogó y volvió a llorar, quedándose dormida.

La anciana le informo de la presencia de Tzuyu en su hogar en la mañana siguiente, por lo cual le reclamo, se sentía apenada de que su novia tuviera que quedarse a causa de ella, no era su intención preocuparla de tal forma.

Sus labios se curvearon hacia abajo y exhaló por la nariz, intentando sonreír. Ignorando dónde puede estar su abuela, se inclinó lo suficiente para juntar sus belfos con los de la menor, un tacto tan suave que no era suficiente para despertarla.

Azumi está bastante impactada por la mirada de su nieta en Tzuyu, esos tipos de mirada no se encuentran en cualquier lado, sus orbes cargadas con tantos sentimientos no son tan comunes como la gente cree.

Algo que había notado en la pareja cada que vez que están en su hogar, es que siempre se ven como si fueran lo más importante de su mundo, como su única prioridad, y no de una manera enfermiza, sino que un gran cariño que veían por el bienestar de la otra.

Profundizar en la relación de las chicas la puso un poco sentimental, por lo que subió una mano y se limpió la pequeña humedad de su ojo.

Tzuyu abrió sin ningún problema los ojos después de sentir repetidos besos alrededor de su rostro, topándose de inmediato con el atractivo rostro de su novia.

—Hola. —Saludo con voz baja, bastante roca, por lo que carraspeó.

Sana dejo salir una amplia sonrisa por lo adorable que se encuentra Tzuyu. —Buenos días. —Respondió, acariciando suavemente el costado de una mejilla con el índice.

La potente mirada de Sana y su sonrisa la hicieron sonrojarse por alguna razón, logrando una pequeña risa en su mayor al subir la sabana hasta la altura de su nariz, dejando a la vista sus lindos ojos chocolate.

Azumi les estaba tomando fotos desde la cocina.

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