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Catalina.

La madre de Kali era un alma libre.

Le encantaba el mar, bailar descalza y cantar a la luz de la luna.

Cuando cumplió los 17 se fue de mochilero por el país con un grupo.

Recorrió las playas de América latina.

Y se quedó en una que le pareció la más bella de todas.

El mar que podría ver al despertar todas las mañanas.

— Kali, no te acerques a esa gente mañosa.— Le dijo su madre arrugando la nariz.

La pequeña de doce años río ante tal advertencia, su madre, ella no era nativa de la isla, pero había vivido lo suficiente allí para que los locales la consideraran parte de ellos.

Solía llamar a los turistas extranjeros de esa forma «gente mañosa» que se quejaba por todo. Y de cierta forma Kali pensaba lo mismo, desde que tenía memoria veía a todo tipo de gente llegar a su isla, alojarse en los hoteles más costosos y comer la comida más deliciosa, mientras se quejaban de su «pobreza» por tener solo una casa de dos plantas o por ganar solo 50 mil dólares al año.

La mamá de kali, solía decir que esa gente era molesta, ella trabaja como gerente del hotel más costoso de la isla, y siempre oía a los huéspedes quejarse por no despertar todos los días con una menta en la almohada o por las pequeñeces más estúpidas cuando los nativos de la isla vivían en chozas hechas de barro o lata, pero que podían hacer? La isla sobrevivía a base del turismo y sin eso no habría trabajo para los jóvenes nativos.

La isla se había vuelto una atracción turística por sus hermosas playas.

A Kali también le desagradaban los extranjeros, desde muy pequeña, la trataban como un accesorio que venía con la isla, le tomaban fotos como si fuera una atracción de circo y las mujeres blancas solían sugerirle a su madre que la vendiera, aunque ellos lo llamaban «adoptar» pero siempre se aseguraba de decir que recibiría una gran cantidad monetaria por firmar los papeles de adopción.

Consideraban a Kali cómo una niña «exótica» y podría ser un buen tema de conversación el cómo adoptaron a una nativa de una isla pequeña perdida en el océano.

A Kali le desagradaba que la tratarán de esa forma, le desagradaba que le tomarán fotos e intentarán hablar en español para preguntarle si estaba conforme con su vida; Si quería ir con ellos, si quería escapar de esa vida en la que terminaría trabajando en un hotel por el resto de su vida.

La mamá de kali le pedía que se mantuviera alejada de los turistas.

Kali amaba su isla que pertenecía al conjunto de islas del Caribe. Incluso si está se llenaba de extranjeros, gente blanca, la mayoría del año.

La mamá de kali era una mujer muy hermosa. Demasiado brillante.

Era tan especial que podía hacer que la gente hiciera lo que ella quisiera solo con pedirlo.

Un día la mamá de kali llamo la atención de un turista.

Catalina llegó a casa llorando ese día, no quiso hablar del tema, pero Kali supo que algo malo había pasado.

Un cliente la estaba acosando, la perseguía y en un momento dado se propasó con ella, y si Catalina ponía una queja estaba despedida, por qué el sujeto era muy adinerado.

Ese era el nombre de la mamá de kali, Catalina. En su momento la hermosa mujer mexicana creyó que era un buen juego de palabras.

En todo caso ese trabajo era muy bien pagado y era su sustento, como madre soltera no podía permitirse dejarlo por nada del mundo. Y no es como si en la isla hubiera más trabajos para una mujer como ella disponibles.

Metanoia |• Nico di Angelo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora