16.

2.6K 301 44
                                    

México es cálido.

México es cálido

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

.
.
.

Nico y Kali estaban sentados en la mesa de la cocina de la casa de Percy y Annabeth. Solos, lo que era normal en realidad. El pelinegro extendía una de sus manos hacia la pelirroja, quien pintaba sus uñas con esmalte negro y tarareaba una canción de lana de rey que le gustaba a Nico. Anteriormente, sus uñas también estaban pintadas de color negro, pero había pasado tanto tiempo desde que la pelirroja lo había ayudado a pintarlas, que el esmalte estaba gastado y apenas se notaba.

La luz cálida que entraba por la ventana de la cocina chocaba contra el cabello cobrizo de kali haciéndolo parecer brasas ardientes.

— Gracias por ayudarme a arreglarme.—Le agradeció Nico.

— Nieta de Afrodita.— Señala y levanta la cabeza para darle una sonrisa confiada.—Esto es lo mío.

— Deberías ir sabes.— Kali cambia de mano y empieza a pintar las uñas de Nico de negro.—Cuando Poseidón te nombró princesa ante el consejo, te hizo su embajadora. Tienes un puesto allí siempre que quieras.— Explico.

Aunque está no es la primera vez que Nico se lo comentaba.

Para él esas malditas reuniones eran mortalmente aburridas y la presencia de Kali las haría mil veces mejor para él, pero ella siempre encontraba la forma de poner excusas y escapar de sus obligaciones en el Senado.

De todos modos nadie podía obligarla a asistir, así que no lo hacía.

— Lo sé, Hazel siempre me envía esas invitaciones formales.— Menciona y una sonrisita se forma en sus labios.—Es tan linda que quiero comérmela.

Kali termina de pintarle las uñas y las mira con feroz intensidad. Termina su trabajo minutos después, sonríe para sí misma, satisfecha por su buen pulso y habilidad al no pintar por accidente la piel de Nico. Suspira y suelta las manos de pelinegro, quien resiente la perdida del contacto entre ambos.

—¿Entonces? Es tu oportunidad para lucirte y hacer drama.— Le sugiere, tratando de no sonar desesperado.

Kali alcanza la toga negra arrugada en la mesa (Se trataba de un montón de tela con bordados alusivos a Hades) y se puso de pie, tomando el gancho en forma de calavera de color plata que se había enganchado en la camisa.

Nico se puso de pie y bajó un poco la cabeza para seguir viéndola a los ojos. Dejando que ella lo rodeará con la tela e hiciera su mejor esfuerzo tratando de ponerle la toga de forma adecuada. Kali se pone de puntillas, sus dedos le rozan el torso a Nico, quien se tensa y estremece ante el contacto físico.

—¿De qué se trata esta importante reunión que te trajo aquí?— Pregunta ella, cambiando de tema.

Nico sonríe, encantado por la gran habilidad de Kali para evadirlo.

Metanoia |• Nico di Angelo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora