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¿Amor? ¿Con que se come eso?

¿Amor? ¿Con que se come eso?

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Kali Guardalupe Reyes Pov;

— Siento lo de esta mañana.

Nico metió sus manos en los bolsillos y se detuvo a unos pasos de Kali quien cepillaba religiosamente el pelaje color crema de su pegaso.

El pegaso ya no era una simple cría flacucha de piernas largas, solo 3 años y ya era toda una adulta, media por lo menos dos metros de altura y Kali la trataba como un bebé, incluso ahora tenía que usar un pequeño taburete para poner cepillarle la crin. Y aun así, la pelirroja le hablaba dulce y le daba un montón besos, abrazos y caricias en cuanto lo veía.

Lo peor de todo es que aquel pegaso era igual de malcriada que su dueña y hacía berrinche cuando la princesa del mar no le prestaba la suficiente atención. Era común que resoplara o relinchara con enojo cuando alguien se acercaba demasiado a su dueña, incluso si se trataba de Percy.

Ahora mismo estaba viendo a Nico mal, y empujaba su hocico contra el rostro de la pelirroja para darle besos y llevar su atención de vuelta a ella.

— Está bien.— Kali acaricio al pegaso desde la garganta hasta el cuello.—Ya había escuchado que tenías novia.

La única hija de Neptuno tenía una expresión de incomodidad plasmada en el rostro, pero no lucia molesta.

— Sí, pero teníamos un trato.— Le batió Nico, pero Kali solo resoplo.

— Es solo un tonto juego, no tienes que hacer nada.— Exclamó, ahogando un gruñido. Puso la mano en el hocico del pegaso tratando de apartarlo, pero esta seguía dándole lamidas. Y Kali no puedo evitar sonreír un poco.

— Suenas celosa.—Opino, Nico, sonriente. Él se veía demasiado satisfecho, lo que molesto a Kali.

Ella exhaló, furiosa.

— Ya quisieras.— Chasqueo la lengua mientras acariciaba la crin dorada del hermoso pegaso.—Solo... No entiendo esta cosa de las relaciones.—Agrega.

— Nunca has tenido pareja.— Afirma Nico y Kali pone los ojos en blanco.

No era algo que le sorprendía al hijo de Hades, Kali es difícil y si le costaba tanto hacer un amigo no tenía que imaginarse lo difícil que sería para alguien conquistar su corazón.

—¿Para qué querría una? Es una perdida de tiempo— Parloteo con seriedad, molesta.—Todo son flores y felicidad al principio, pero luego todo es gritos, llanto y mucho drama.

Nico soltó una pequeña risa.

— Suenas amargada.— Se burla.—Lo entenderás cuando tengas una.

La pelirroja cobriza apretó los labios y negó con la cabeza.

Metanoia |• Nico di Angelo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora