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"Cuando lo sabes, lo sabés"

"Cuando lo sabes, lo sabés"

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Flashback.

14 de diciembre, hace tres años.

—¡Esto es una locura Annabeth! ¡Es…! ¡Es una locura!— Chillo Percy.

El pelinegro estaba como loco, tenía la cara roja, histérico, yendo de un lado al otro en su cabaña, buscando entre sus cosas su teléfono. El cual, debido a que nunca lo usa, siempre lo pierde.

—Hay que hacer algo, eso es seguro. Quizás deberíamos darle testimonios y evidencias que demuestren que una vida dedicada a la cacería no es buena ni tan mágica como suena.— Comento la rubia pensativa, quien permanecía sentada en la cama. Preocupada, pero más tranquila que Percy.—¿Qué estás asiendo? - Le cuestionó Annabeth.

Percy por fin había encontrado su teléfono y ahora intentaba hacerlo funcionar con manos temblorosas.

—Estoy llamando a Nico.— Explico mientras marcaba el número.—Quién mejor para dar un testimonio que un chico que perdió a su hermana— Al fin logro encontrar a Nico entre sus contactos y le marco. Llevo el aparato a su oreja y espero a que contestará—¡Cosa que, por cierto, podría pasarme si no la convencemos de que desista de esta tonta idea de ser una cazadora de Artemisa!— Chillo, exaltado.

Annabeth suspira profundamente y llega a la conclusión de que señalarle que un mensaje de iris es más rápido es mala idea en su condición actual.

—¿Estás loco? ¿En serio quieres meter a Nico en esto?— Le cuestiona.

—¡No! ¡No me hagas sentir culpable! ¡Todo es culpa de Thalia por hacerle ojitos a mi hermana menor!— Grita en un tono acusador, enfadado. Por fin escucha que el otro teléfono se conecta a la llamada y no pierde el tiempo para gritar.—¡Nico, tienes que venir y decirle a Kali como es que unirse a las cazadoras de Artemisa arruinara nuestras vidas! ¡Se supone que debo cuidar de ella! ¡Se supone que debo…! ¿Hola? ¿Nico?

Percy hace una mueca de confusión.

— ¿Qué te dijo?— Pregunta curiosa mientras se levanta de la cama.

—Me colgó.— Jadea, ofendido.

Diciembre trae consigo un frío que se caracteriza de la temporada.

La nieve pinta las calles y hace que los árboles se estremecen. Pero dentro de la barrera, el cálido campamento y su extenso bosque permanece atascados en la temporada de verano. Dejando a los campistas moverse a sus anchas y disfrutar de un perpetuo clima cálido.

En el pabellón comedor estaba casi vacío por las épocas decembrinas, solo había una mesa completamente llena, había una aura amena, risas y charlas animadas entre las chicas de la mesa de Lady Artemisa que hacían eco mientras comían el almuerzo.

Metanoia |• Nico di Angelo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora