Capítulo 1: Haru

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Mis hermanos me llaman Rapunzel, la nueva y mejorada Rapunzel, aunque ese es solo mi mote, mi verdadero nombre es Haru, si, tengo un nombre japonés, aunque ni soy japonesa ni ninguno de mis padres lo son, lo único que ocurre es que soy hija de padres frikis. Mis hermanos me llaman así por varias razones, pero las principales son, porque vivo en un décimo cuarto piso, el pelo me llega por la cintura y no salgo mucho de casa, solo cuando me apetece, y no suele ser muy a menudo, principalmente cuando tengo que comprar comida, libros, ver a mis padres o cuando mis hermanos quieren que les entregue el trabajo en persona y no por correo electrónico.

No soy una persona muy sociable, de hecho, no sé relacionarme con los demás, no tengo idea ni de como empezar una conversación ni de que hablar, y de todas formas no me importa, normalmente las personas se cansan de mí y desaparecen. Vivo las cosas con demasiada intensidad, quizás debería haber cambiado eso, o haber hecho algún ritual para eso, pero, me gusta ser así. Me gusta que todo sea más estimulante, solo tiene un defecto, que si la felicidad y las cosas que te gustan las vives intensificadas, las que duelen también, eso no mola. Pero al final me acostumbre a estar sola, tenía mucho miedo a la soledad, pero después pensé, cuando mis hermanos se vayan de casa y mis padres no estén, estaré sola, será mejor adaptarse desde el principio, así que en cuanto mis hermanos y yo montamos la editorial y todo comenzó a ir viento en popa, fui la primera en irse de casa, y aquí estoy, en la más alta torre, lejos de todo y todos, en mi tranquila soledad.

No me costó mucho adaptarme, echo de menos a mis padres y mis hermanos, pero estoy bien sola, y como soy incapaz de sentir amor, ya sea romántico o pasional hacía nadie, es otra ventaja. Creeréis que eso es imposible, pues no, para mí no. Hace muchos años encontré un viejo libro de ocultismo que tenía mi madre, estaba por ahí perdido en el trastero, por curiosidad lo cogí y lo leí, encontré un ritual que venía perfecto para la situación que estaba viviendo por aquel entonces y lo use. Desde entonces es imposible que me atraiga o enamoré de nadie. Mi corazón romántico se convirtió en piedra hace mucho. Una pequeña piedra roja, con forma de medio corazón, salió de mi pecho y cayó en mi regazo, y desde entonces está guardada en una pequeña caja de madera al fondo de mi armario.

Corazón de PiedraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora