El amor no era mi virtud, al no saber relacionarme con los demás daba igual que me gustará o no alguien, y las pocas veces que tuviera el valor de declararme, la negativa siempre estaba ahí. No le podía gustar a nadie, ya que era el bicho raro. Pero a pesar de ello, hasta mitad del instituto no estuve sola. Había un chico que, además de ser mi vecino de al lado, estaba en mi misma clase, desde que éramos unos críos siempre estábamos juntos, fuimos mejores amigos. Creo que el punto principal que nos unió fue, que su madre era igual de friki que mis padres, y al verme en los recreos y en el parque con mangas o ropa friki nos unió, además de nuestros nombres, el suyo era más normal que el mío, pero era en honor a un personaje de libro, como ocurría con mis hermanos, Darcy y Natasha, aunque ella era en honor a un personaje de Marvel. Él se llamaba Oliver, por Oliver Twist, de Dickens.
Era la única persona que no era de mi familia que me soportaba, y es que mi intensidad me hacía hablar por los codos cuando algo me apasionaba. Él único capaz de aguantar escuchándome durante horas hablar de lo que fuera (mi nueva serie favorita, mi nuevo personaje favorito, un libro que me había gustado mucho, hacer planes de las convenciones frikis, etc.). Pero cometí un grave error, que me gustará, y al contrario de lo que me ocurrió con otros chicos, al tener confianza con él mi intensidad me jugó una mala pasada, comencé a ser más cariñosa, y aunque intente controlarme, parece ser que le molestó. Le incomodaban mis abrazos, ya fuera en privado o público. Intente dejar de hacerlo, pero me encanta abrazar a mis seres queridos, no puedo evitarlo, ya sea porque este triste o feliz, me gusta dar y recibir cariño.
A mitad del instituto dejó de esperarme para ir juntos, dejó de sentarse a mi lado. Me ignoraba. Y lo peor de todo, jamás quiso hablar conmigo. Años después comenzamos la universidad, él se mudo y no volví a saber nada más de él, pero no importaba, porque antes de acabar bachillerato encontré aquel libro y realicé el ritual, todo el dolor desapareció, él desapareció de mi mente, no volví a pensar más en él. Intenté olvidarlo por mi cuenta, y lo conseguí, pero un par de años después, poco antes de empezar la universidad me lo encontré, y todos los sentimientos afloraron en mí, ahí fue cuando descubrí que, Oliver no solo me gustaba, sino que para mi desgracia, me enamoré de él. Fue mi primer amor. Pero ya da igual, no me volverá a gustar nadie jamás, por tanto no me enamoraré nunca, y desde entonces disfruto de mi vida en soledad sin problemas y llena de felicidad. Mi familia era el único amor que necesitaba en mi vida. Ninguno más.
ESTÁS LEYENDO
Corazón de Piedra
Short StoryUna historia de amor que rompió un corazón, el cual acabo convirtiendose en piedra. Errores pasados que te persiguen y que cuando llegas tarde, unas disculpas no bastan.