Había pasado ya un mes desde mi cumpleaños y desde que volví a ver a Oliver. Desde esa noche solo volví a pensar en él y fue de vuelta al rincón del olvido de mi mente. A excepción de un par de veces que volvió a mi mente, maldito cerebro y su ansía por la curiosidad, no dejaba de repetirme qué, si ya no siento nada, ¿para qué quiero saber porque dejó de hablarme? El pasado, pasado esta, nunca dejaría de repetírmelo.
No necesitaba su amor, ya tenía todo lo que quería en esta vida, tenía el amor de mi familia y mi amor propio, no necesitaba nada más. Sin darme cuenta, mientras pensaba en todo esto, me di cuenta de que estaba mirando hacía el armario donde guardaba la caja con la piedra que cayó de mi corazón. Por unos momentos dude de si el fragmento estaba ahí y sentí la tentación de ir a comprobarlo. ¿Se habría roto el hechizo? O, ¿Quizás en el fondo me estaba arrepintiendo de lo que hice? No, no podía ser, ambas opciones eran imposibles, además, no había perdido nada importante, era solo una tontería, solo me arranque una pequeña e insignificante parte de mí, una que causa más dolor que felicidad, me quite una preocupación absurda de encima.
Tenía que dejar de pensar tonterías y ponerme a trabajar, no podía dejar que se me echara el tiempo encima, nunca me había retrasado en una entrega y esta no sería la primera vez. Aunque en esta ocasión tuviera que abandonar mi maravillosa torre de cristal para ir a la oficina para entregarlos en persona. Al menos después iría al cine con mi hermana.
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Corazón de Piedra
Short StoryUna historia de amor que rompió un corazón, el cual acabo convirtiendose en piedra. Errores pasados que te persiguen y que cuando llegas tarde, unas disculpas no bastan.