Pasaron tres miserables días, y seguía en clases a diferencia de los señoritos, quienes supuestamente estaban en camino a la academia. Shoko se encontraba nerviosa con el tema de la persecución, un tarado había puesto en Internet una generosa oferta para capturar a la recipiente por lo que los cazarecompensas que sabían del mundo de la hechicería se habían sumado al juego, traté de mantenerme serena con el tema hasta que la ansiedad de saber que en verdad les podría pasar algo a los muchachos me rebalsó, decidí hacer ejercicio para ver si así me calmaba, matando el tiempo con los de primer año, durante las horas libre los entrenaba cuerpo a cuerpo al ser muy buena en ello, suponía que mi angustia bajaba y me distraía del asunto al hacerlo.-Suzuki sempai -habló el menor de los dos muchachos, acababa de ganarles como enésima vez y ya se encontraban cansados, nos sentamos al final de las escaleras de una edificación de la escuela, habíamos terminado por hoy- me he estado preguntando... y no logro entender su técnica maldita del todo.
Su compañero puso atención a nuestra conversación.
-Es difícil de entenderla la verdad, en los libros no hay tantos detalles ¿Qué quieres saber? -pregunté curiosa.
-Agradecería que me brindara información relevante ¿Cómo es que funciona?
-Eh... bueno -vi que sus ojitos empezaron a emitir un bonito brillo-, desde hace muchas generaciones que la técnica del "Estéreo maldito" viene evolucionando. Por ejemplo, antes era llamado "Manifestación maldita", esto porque no es como solía serlo en un principio, antes simplemente se conformaban con las emociones negativas que sentían a la hora de la batalla, usaban el enojo, miedo, la impotencia y hasta el rencor para despertar poderes al azar. Se pensaba que lo negativo del alma servía para impulsarse y potenciar los límites de estos hasta que alguien pues descubrió que con la música se abrían nuevos sentimientos, nuevos estados de ánimo, y ya ahora no es necesario estar de mal humor en un enfrentamiento, se puede reír o sentirse de cualquier manera mas es depende de la canción o melodía que se genera aquello, también se puede hacerlo sin ella, sin embargo, es muy difícil. Yo me guío por la música para no tener que trabajar el doble, aunque sé hacerlo de ambas formas me es más práctico escuchar y sacar emociones a partir de una canción que esperar y generar alguna por si sola.
-¿La nube en la que siempre se monta proviene entonces de lo que ha oído?
Sí, había cambiado de maña, ya no me condicionaba exclusivamente a volar en el aire.
Desde que la descubrí siempre la utilizo para movilizarme a cortas y grandes distancias, era como subirse a un gran algodón de azúcar.
-No, no. Esa la saqué de un sentimiento puro, indiferencia.
-¿Ah?
-No te explicaré eso, quédate con la duda -lleve mi mano a su cabellera y la sacudí.
Se mantuvo pensativo.
-Hanna-san...
-Nanami, ya te he dicho que me llames sin el honorífico.
-Disculpa, lo había olvidado...
El otro salió de su trance, movió la cabeza e interrumpiendo al rubio miró su reloj.
Este no tuvo más remedio que callarse.
-¡Vaya... ya es hora! Tendremos una misión, genial -se levantó y dio unos pasos, dejándome confundida-. Sempai, mis disculpas, tenemos que retirarnos. Kento, ¿vienes?
-¿Misión?¿A los dos les asignaron lo mismo? -cuestioné al rubio.
Esto era raro, se supone que como son principiantes deberían primero hacer trabajos inofensivos y en solitario con la supervisión de su respectivo tutor.
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𝑴𝒐𝒕𝒉𝒆𝒓 𝑴𝒐𝒕𝒉𝒆𝒓 | Gojo Satoru
Hayran KurguHanna Suzuki de verdad no esperaba que alguien se fijara en ella por sobre su habilidad maldita. Había pasado toda su corta vida ignorando los halagos y las curiosas miradas de demás hechiceros, le cansaba que fueran tan hipócritas como para olvidar...