Capítulo X: Dime dónde está.

37 2 0
                                    


Las siguientes semanas transcurrieron de manera normal, con la excepción que en sus días libres (y cuando Hada no visitaba Hogsmade), Herman, Hada, Flammer y Marian, con quien Flam trabó amistad de manera rápida, se dedicaron a practicar magia entre ellos para perfeccionar y pulir sus habilidades, así como tener una forma de defenderse pues el ambiente se tornó hostil entre los alumnos, esto a raíz del último partido realizado de quidditch, dónde  Slytherin aplastó a Gryffindor 560 a 150. Esto desencadenó que los estudiantes de verdes fanáticos del deporte comenzaran a burlarse de los leones, siendo defendidos por Hufflepuff. Entre los alumnos los insultos eran bastante notorios y siempre eran acompañados de alguna amenaza mágica, sin embargo sólo en un par de ocasiones había llegado a tal:

La primera ocurrió en el gran comedor el día siguiente al partido, cuando dos muchachos de la mesa de Slytherin comentaban haciendo bastante ruido acerca de las jugadas que realizó su guardián y cómo el buscador de Gryffindor sólo atrapó la snitch de una manera afortunada pues pasó frente a él durante, esto hizo enojar bastante al capitán del equipo que perdió y arremetió contra el otro conjunto diciendo que estaba seguro que habían hecho trampa al usar felix felicis lo que les dio la victoria y después de una batalla de insultos el buscador de Gryffindor atacó con una maldición de lengua atada al capitán de Slytherin lo que hizo los chicos serpientes soltaran una lluvia de hechizos hacía los de rojo que acabó con 5 castigados, platos rotos y la directora roja de ira. El segundo fue en clase de pociones de 7mo curso que, para desgracia, Slytherin y Gryffindor compartían. Mientras el profesor Horace les enseñaba a prepar veritaserum, un chico de Gry gritó "Sirve y que al fin las malditas serpientes dicen la verdad de que hicieron trampa" lo que, como ocurrió en el gran comedor, terminó en una contienda cuyo saldo fue el de decenas de calderos y frascos, así como ingredientes regados por todo el piso. Debido a estos problemas, Flammer y sus compañeros comenzaron a preparase en caso de verse envueltos en alguna riña de esta índole. Sus hechizos eran prácticamente inofensivos, pues sólo eran de bloqueo, desarme y para incapacitar al enemigo por algún tiempo, pero lograron dominarlos de manera perfecta, por lo que, siendo Hada la mayor y más experimentada en defensa contra artes oscuras, les dijo que deberían practicar el hechizo de desarmador para dejar sin defensas y ataque al oponente, por lo que Flam y Herman aceptaron, sin embargo, Marian tenía sus ideas de que no era del todo corrector debido a ciertos textos que conocía donde decía que al desarmar la varita perdía lealtad, pero lograron convencerla de que no pasaría pues comenzarían a desarmarse con simples ramas (razón útil por la que estaban en el claro del bosque prohibido). Y así fue, durante esas semanas el expelliarmus fue su único entrenamiento hasta que a todos les salió a la perfección por lo que decidieron que era hora de comenzar a meter la nariz en los libros pues sus exámenes finales estaban cada vez más cercas, así que, apoyándose todos con todos, comenzaron a retomar el tiempo perdido para no salir mal en ninguna asignatura. Pasando días enteros en la biblioteca, Herman y Flammer se centraron en herbología, la cual les costaba muchísimo, siendo esta el fuerte de Marian, por su parte, la muchacha, se centró en historia de la magia la cual, al no interesarle, le costaba recordar fechas y sucesos. Hada, a su vez, era mala en pociones lo cual le frustraba, pues al tener buenas notas en el resto de las materias, esta le era difícil comprender, pero Herman le ayudó bastante hasta que los 4 se sintieron lo suficientemente aptos para presentar sus finales.


Las 4 semanas pasaron y llegó el día en que Harry Potter se presentaría a Hogwarts para realizar una inspección a fondo y evitar que objetos de magia tenebrosa u oscura estuvieran en algún lugar de la escuela.

—Buenos días, señor Potter. —Dijo la directora Minerva McGonagall al frente de todos los profesores y alumnos, quienes de manera ordenada, estaban parados observando la llegada del jefe de aurores y de una comisión de 50 aurores para la revisión del colegio.

Harry Potter y la amenaza paralelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora