Capítulo XV: Sangre de dragón.

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Durante los días siguientes al duelo en la cámara secreta, las relaciones entre Hada y Flammer se tensaron bastante. No podían verse uno al otro a la cara sin comenzar a explotar, eso secundado de que Sophia estaba tan llena de tareas y Flam tan mal en Herbología que durante la práctica con mandrágoras le quitaron 20 puntos a Slytherin porque al trasplantar la planta esta murió, lo cual lo tenía terriblemente estresado con todo y a todos. Esto ocasionó que Herman y Marian se distanciaran de ellos un tiempo; querían que las cosas se calmaran porque eso les interrumpía todos los planes que desarrollaron. Hada con su orgullo no iba a disculparse y Flammer con su estrés y rencor sólo empeoraría las cosas si se acerca a la chica de Ravenclaw.

El día 16 de septiembre, Herman se levantó temprano, como acostumbraba desde hacía ya una semana. Se bañó y alistó para salir de la sala antes de toparse con Hada. Tenía acordado verse con Marian a las 8 en el gran comedor para después ir a clase de encantamientos que compartían (Flammer no les importaba mucho, se comenzó a sentar solo). Atravesó todo el castillo, lo cual fue una odisea completa, pues estaban cerrados varios pasillos donde los aurores e inefables trabajaban para averiguar sobre la muerte de la chica. Al llegar se sentó en la mesa de su casa y al poco tiempo llegó su amiga y le hizo compañía.

—Buenos días, ¿cómo amaneces? ¿Planes para hoy? —Le dijo Herman saludando a la chica con un beso en la mejilla.

—Buenos días. Bien, gracias. Y no, no tengo planes más que ir a clases, lo normal. Necesito mejores notas que las del curso pasado si quiero salir bien del colegio.

—Comprendo. Y hablando de salir del colegio, ¿a qué te dedicarás?

—Bueno, siempre me han interesado las criaturas mágicas, en especial los dragones, supongo que entraré a trabajar en un criadero de dragones.

— ¿Criadero de dragones? Hasta donde yo sé en Inglaterra ni en todo el Reino Unido hay alguno.

—Lo sé, por eso quiero ir a Rumania o a Croacia. Ahí hay grandes poblaciones. En Noruega también pero supongo que eso sería después.

— ¡Vaya! No conocía a ninguna chica que le interesaran tanto los dracos como para querer ir a trabajar con ellos.

—Ya te digo. Y tú, ¿qué harás saliendo?

—Bueno, desde hace un par de meses comenté eso con Flam y ambos estamos de acuerdo que saliendo viajaremos por el mundo. Él quiere conocer el país donde nació y yo sus prácticas mágicas. Después puede que seamos aurores y vayamos a trabajar a Rusia.

— ¿Rusia? ¿Qué tiene de bueno ese país?

—Realmente nada... sólo que el trabajo es bien remunerado, respetado y debo admitir que sería interesante conocer donde nació el mago más tenebroso que existió en ese país.

—Soy yo ¿o a ti te interesa la magia tenebrosa?

—La segunda, y no por querer practicarla, es muy interesante y complicada. Puedes realizar hechizos sumamente avanzados en la hechicería general, pero sólo una persona verdadera comprometida con las artes oscuras puede realizar lo más avanzado.

—Eres un poco tenebroso, más que Hada.

—No, ella me gana. Según los de mi casa, sabe más maldiciones que los de 7mo... Pero cambiemos de tema. ¿A ti por qué te gustan los dragones? —Preguntó Herman quien comenzaba a ponerse nervioso por la anterior conversación.

—Bueno, es un tema complicado... No sé si deba contarlo. La gente...

—Buenos días, chicos. —Interrumpió Hada, quien se sentó a un lado de Marian. —... ¿Interrumpí algo?

Harry Potter y la amenaza paralelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora