Capítulo XII: Secreto en el Valle.

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A la mañana siguiente, Flammer se levantó a las 7 de la mañana debido a que en la calle se escuchó un escándalo bastante fuerte que le impidió seguir durmiendo. Al ver por la ventana notó que varias personas vestidas con túnicas negras y un escudo en forma de M estaban paradas en el pórtico de la casa de enfrente. Decidió sentarse en la cama y cambiarse en silencio para después mojarse el cabello pues cada mañana amanecía no sólo extremadamente alborotado, si no como él decía «Todo valevergozo», un término que aprendió del lugar donde vivía antes de ir a Inglaterra a vivir con sus padres adoptivos, refiriéndose cuando algo está totalmente mal. Una vez estando en el tocador se metió a bañar y así tener el resto de la tarde libre para sea lo que sea que Hada le mostraría. Regresó a la habitación para ponerse las ropas muggles con las que estaría en el día cuando su amiga tocó la puerta.

— ¿Puedo pasar? —Preguntó antes de abrir.

—Espera un minuto. Me estoy cambiando. —Le contestó la voz del joven mago desde el otro lado de la puerta. Pasado un par de segundos Flam le dio la señal esperada y Hada pasó sentándose en una silla que se encontraba enfrente de la cama.

—Los Potter hicieron de las suyas de nuevo.

— ¿Por qué lo dices? ¿Acaso era ese el escándalo que se escuchaba hace unas horas?

—Sí. Según lo que están diciendo los vecinos, un grupo de personas trataron de entrar a la casa de los Potter y por eso mandaron a medio departamento de aurores sólo por eso.

— ¿Pero que buscaban?

—No lo sé. Yo pienso que matarlo pero hasta en eso son idiotas.

— ¿Matarlo? ¿Qué no es el héroe de medio mundo mágico?

—Exacto, pero la otra mitad son personas que lo odian; ex-mortífagos, supremacistas de sangre, simpatizantes de Voldemort, etc. Mi mamá es de esas personas que lo odian porque sabe que es sólo imbécil con mucha suerte que por extrañas coincidencias del destino logro sobrevivir a la maldición asesina.

—Bueno, yo sólo sé que no es bueno decir que lo odias en público. —Dijo Flammer siguiendo la conversación con Hada un par de minutos hasta que su madre entró en el cuarto a la cual le preguntaron qué fue lo que pasó.

—Alguien intentó entrar a asesinar a su hijo James.

— ¿¡Qué!? —Preguntaron Hada y Flam al unísono.

—Sí, parece que alguien quiso matarlo, ¿por qué? No sabemos, pero tengan por seguro que se desplegará todo un operativo de seguridad en el país sólo por ser el jefe de aurores. Pero igual, son unos incompetentes que no resuelven nada por su modo tan anticuado de hacer las cosas. Pero en fin, ¿bajan a desayunar? —Pregunto Grinza quien bajó a la planta inferior seguida por su hija y Flam.

—Hada, hoy voy a salir al ministerio. Necesito arreglar un par de asuntos del trabajo.

—Claro madre, ¿a qué hora regresas?

—No lo sé. Últimamente hay demasiado estúpido suelto tratando de comerciar con animales peligrosos. ¿Pueden creer que hace 2 meses detuvimos a un maldito cretino que llevaba en su maleta 5 huevos de colacuerno? A veces me pregunto qué pasa por la cabeza de ese tipo de idiotas.

—Disculpe señora Delacour, pero, ¿en qué trabaja?

—Oh, Flammer, soy la directora del departamento de control y regulación de criaturas mágicas peligrosas. Es un trabajo bastante liviano cuando no tratas con tarados.

—Claro, comprendo. —Dijo Flam quien no pudo evitar reír.

—Bueno, espero regresar por la tarde. Así que si van a salir traten de no alejarse mucho y evitar salir del Valle de Godric. Será un día lleno de tonterías por parte del ministerio, apoyadas por Potter. —Terminó de decir la madre de Hada, se levantó de la mesa y fue a terminar de arreglar sus cosas. Su hija y Flam acabaron el desayuno y dejaron los platos en el fregadero.

Harry Potter y la amenaza paralelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora