Prólogo

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Ostumland (Un futuro casi lejano)
— ¡Cuidado Jen!
Me gritó Ederek y entonces pude ver a lo lejos detrás de mí a un enemigo arquero a punto de dispararme una flecha, corrí hacia el escudo en el suelo más cercano para cubrirme y en cuanto lo hice, con mucha fuerza la flecha había quedado clavada en el escudo.
Lo dejé en el suelo y volteé hacia Ederek, me sonrió por la gran hazaña que tuve.
— Gracias, no sé qué haría sin ti. — le grité con un toque de sarcasmo.
Esta era la primera vez que vivía en carne y hueso una guerra.
Quien iba a decir que de la noche a la mañana estaría con lanzas y escudos de hierro protegiendo un reino el cual no tenía ni la más remota idea de su existencia.
En la actualidad existen las bombas nucleares, los drones y armas de fuego que el ser humano había creado para hacer daño a los mismos de su especie, por cuestiones de territorio, económicos o simplemente por un disgusto político. Al parecer en este universo todavía no descubrían estas otras formas de hacer daño. No sé si es algo positivo o negativo. Pero lo que sí sabía es que aunque estuviera en este tiempo-espacio distinto al que nací, debía defender el reino, para esto ya había tenido un entrenamiento que me permitió sacar mi lado de guerrera que jamás creí tener.
— ¡Siguen llegando por el lago, debemos proteger allá! — llegó gritando, Steve.
Además de haberse convertido en un gran amigo para mi y ser el mejor amigo de Ederek, era la cabeza de las tropas en nuestro reino, encargado de entrenar a los guerreros y si, quien me preparó para esto: la guerra.
Al tener los tres las manos vacías, tomamos lo primero que había en el suelo para defendernos, a un lado de los cuerpos de nuestros guerreros y de nuestros enemigos. Entonces corrimos hacia el lago.
Durante nuestro camino era evidente que los enemigos intentarían detenernos pero las lecciones que Steve me había dado fueron suficientes para convertirme en una guerrera que no era perfecta luchando pero que podía defenderme bien. A diferencia de mi amiga Anna, ella es mi mejor amiga desde que éramos pequeñas. Su madre se hizo muy amiga de la mía y así crecimos en el mismo barrio juntas. Fuimos al colegio juntas y luego coincidimos en la misma empresa trabajando. Cómo si la vida nos destinará a ser mejores amigas siempre, mi hermana de otros padres. A pesar de que Anna entrenó al mismo tiempo que yo, ella era aún más salvaje. No sé de donde mi amiga sacaba tanto coraje para pelear como si Juana de Arco reencarnara en ella.
Mientras luchábamos con los enemigos que llegaban por el lago, Ederek se quedo mirando fijamente hacia una de las colinas cerca del lago, donde había una piedra enorme en la cima de esta, rodeada de árboles pero que se distinguía a la perfección. Ese era uno de mis puntos favoritos en el reino pues lo usaba como mi lugar para estar sola y contemplar desde la cima todo el paisaje del bosque junto al lago.
— No puedo creerlo. — añadió al quedarse mirando fijamente hacia allá — No debería estar aquí.
Entonces giré la mirada hacia el mirador en la colina y ahí estaba. La Sombra Negra. La persona que provoca caos en los reinos, pues se encargaba de asesinar a quienes heredaban el trono de estos. Desde hace tiempo los reinos han tenido la duda de porque lo hace y no han logrado encontrarla por muchas teorías que hicieran. Pues no iba siquiera en contra de los reyes o reinas, sino de quienes heredaban la corona y justo en el momento que se les otorgaba. Además de que la Sobra Negra ocultaba su identidad debajo de una túnica negra y en todo este tiempo que llevaba asesinando a descendientes de los reinos, nadie sabía de quién se trataba. Era alguien escurridizo, cauteloso, discreto, rápido, astuto; o tal vez todos estos adjetivos en femenino. Pero este ser no acostumbraba a asesinar los descendientes durante una guerra, eso es lo que nos sorprendía de que estuviera ahí.
Ostumland tenía rencor hacia este ser, pues rompiendo con su tradición de asesinar a sólo los descendientes, se atrevió a asesinar al Rey Primero, el rey de nuestro reino. Cómo si de una venganza personal se tratase. Está claro que esto reducía nuestras teorías de quién podría estar debajo de la túnica pero aún así el Rey Primero, mi padre, era una persona que se había ganado muchos enemigos.
Y si esto era personal, su objetivo era más que claro, asesinarme.
No me tomé más tiempo para pensarlo y decidí ir tras la Sombra Negra, después de asentir a Ederek de que estaba lista para enfrentar a la persona debajo de esa túnica negra. Ederek me asintió de regreso sabiendo que yo y todos dentro de este universo llevábamos tiempo queriendo descubrirla o descubrirlo para detenerle.
Corrí entre los bosques sobre la colina, mientras lo hacía una ola de pensamientos invadían mi mente. Presentía que no me iba a gustar describir quien se ocultaba debajo del nombre de la Sombra Negra, quien había sido capaz de asesinar a tantos inocentes que su único error había sido heredar la corona de los reinos. Algo dentro de mí me decía que la persona debajo de la túnica me iba a dejar sin palabras, era como si aunque estuviéramos de lejos pudiera sentir su energía, algún tipo de conexión pero aún no pudo ir darle rostro a este sentir. Así que ya no quería seguir sintiendo esta sensación extraña y terminar de una vez por todas con esto.
Llegué a donde La Sombra me esperaba, sabía que lo hacía porque al llegar a la cima en aquella roca lisa y extendida, estaba quieta de espaldas; mirando hacia el horizonte. Ni siquiera intentó escapar, solo permaneció dándome la espalda. Sin mover un solo músculo. Yo también me quedé quieta mirándole, como si todo a mi alrededor desapareciera pues toda mi atención estaba hacia ese ser. Quería saber todo, por qué hacía lo que hacía. Mucho menos iba a permitir que me asesinara por placer pero supe que si quería saber todas esas respuestas, tenía que enfrentarle. No sé si la Sombra Negra era más fuerte que yo, pero todo el coraje que le llevaba guardando desde hace mucho era tan fuerte como para poder derrotarle. Y por fin me decidí a atacarle, tomé las fuerzas para encarrerarme contra él o ella, quien sea que estuviera debajo de la túnica; cuando sentí que estaba más cerca de llegar, Ederek apareció corriendo a velocidad desde mis espaldas por mi lado derecho. Me detuve por la sorpresa de verlo ahí, todo sucedió tan rápido. Ederek atacó a la Sombra Negra con un escudo, pues no se había percatado de la llegada tan rápida de Ederek. Quedó sobre el suelo, aún con la túnica hasta la cabeza pero derribada en el suelo, era la oportunidad perfecta. Ederek giró la atención hacia mi, tan acelerado, tan lleno de rabia. Al quedarnos mirando fijamente él y yo, no nos dimos cuenta de que la Sombra Negra en su defensa, desde el suelo y de su túnica, sacó una daga dorada y se la enterró a un costado. Yo solo pude ver el reflejo de esta saliendo de su túnica, y llegando a las costillas de Ederek. En ese momento dejó de importarme la Sombra Negra, si llegaba a escapar, no iba a importarme. Ederek comenzó a caminar hacia mi tomándose la herida, así que corrí hasta él, lo tomé y lo ayudé a reposarse sobre el suelo. Una vez ahí, lo ayude a detener la hemorragia de la herida pero sabía que teníamos que ir a atenderlo al reino lo antes posible. Así que mire hacia todos lados buscando la ruta más rápida. Ederek estaba muy débil, no iba a aguantar llegar caminando hasta el reino. Yo no podía cargarlo por muy fuerte que en ese momento me sintiera. Pero cuando menos lo espere y de manera milagrosa, Anna y Steve subieron a apoyarnos; sabía que se habían preocupado por nosotros. Anna corrió a auxiliarme con Ederek y Steve corrió directamente hacia la Sombra Negra para atacarle con el mismo escudo que Ederek había dejado en el suelo y esta, como si no tuviera ganas de defenderse, dejó que el golpe la hiciera caer por completo. Cómo si se estuviera entregando a nosotros. Quizá esa era la razón por la cual había aparecido ahí, no para asesinarme si no para dar respuestas o rendirse pues desde que yo había llegado hasta ahí, no movió ni un solo dedo para ocultar su identidad. Incluso fue capaz de dejarse golpear por Ederek y Steve.
Y ahora si estaba en nuestras manos, era nuestra oportunidad de descubrir quién se ocultaba debajo de la túnica negra, detrás de todos los asesinatos cometidos contra descendientes, detrás de la sombra que le había otorgado su nombre, quién era la Sombra Negra.

The Flashlight (En proceso de edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora