Mudo (Sterek)

17

El sol entraba por las ventanas del loft, Derek fue el primero en abrir sus ojos y no pudo evitar gruñir por la luz, tapo su cara con su brazo sintiendo un peso extra en su cuerpo y sonrió, cuando pudo adaptarse a la luz completamente, lo primero que vio fue a su chico, aquel castaño de ojos miel... Stiles dormía pacíficamente arriba del torso de su lobo, y eso al lobo le encantaba.

Derek acariciaba los cabellos de su chico, Stiles todavía estaba dormido y Derek  se mostró reacio a despertarlo, moviéndose de a poco se quitó al chico de arriba y lo acomodó mejor en la cama, dejándo una almohada a su lado para que lo abrazara, se agachó dejando un beso en su espalda desnuda y llena de marcas.
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  Cuando Stiles se despertó, el sol ya se había puesto alto y la cama a su lado ya estaba completamente fría, su lobo no estaba en la cama con el, con un puchero en su cara miró a su alrededor buscándol, y por el movimiento brusco le hizo acordar la apasionada acción que tuvo.

    "mmmm..." Tan cansado y adolorido, sentía su cuerpo tan pesado y a la ves liberado .

  Cuando Stiles movió su cuerpo, le resultó difícil levantarse completamente de la cama, suspiro rendido y se miró el cuerpo... no había lugar en su piel que no tuviera marcas rojas y mordidas, eso lo sonrojo completamente... Su trasero dolía mucho, pero no lo lamentaba, su lobo era un semental y era solo suyo , recordando la noche apasionada que tuvieron y recordando la mordida de unión, llevó su mano a su nuca, sintiendo un poco de dolor al tocarla, pero sintiendo el placer de esta.

Su lobito le pertenecía y el pertenecía a este, una sonrisa se formó en sus labios, su alegría y amor era mayor... Derek se asomó a su costado sorprendiendolo, el lobo se habia duchado preparó el desayuno para el, era algo sencillo pero alegraba a su chico con el detalle.

Pecoso... buenos días... de una algo primero y luego te ayudaré a lavarte, limpia tu cuerpo con una toalla, pero es mejor que te laves para estar más cómodo..._ Derek se sentó a su lado tomando su cintura con un brazo y dejando un besó su cabeza, su chico tenia su aroma y ahora le pertenecía, dejó salir un gruñido y bajó su cabeza al cuello donde más captaba el aroma de ambos mezclados, aunque alla limpiado su pequeño cuerpo, todavía había rastros de el _ Grrr cariño, no sabes lo feliz que estoy, eres mío ahora... no tienes idea como lo disfruté anoche, eras tan bello y resaltabas con la luz de la luna... eres todo un regalo, Grrr y solo mío._ Dejando un beso en aquel cuello blanco se alejó para mirar los bellos ojos de Stiles, y este jadeaba por sus toques y palabras, se estaba excitando de nuevo _ tuyos _ sus ojos se iluminaron en un bello color oro, parecía que su magia salía sin que este se diera cuenta, en la noche también los tenia así, parecía que su chico no sabía de esto.

Cariño, sabes que dejas salir tus ojos de brujo, te veías tan sexi con ellos cuando te tocaba y comía con mi cuerpo, Grrr... bebé no me tientes, no quiero romperte... tu aroma te está delatando cariño_ Stiles lo miraba con deseo, quería más, no sabia que su magia saliera sola, pero sentía que no pasaría nada malo, más bien se sentía beneficiado por esta... empezó a mover sus manos por el cuerpo del lobo, tocó su cara, su pecho, hasta llegar a aquel bulto enorme que se formaba nuevamente, y sin más lo apretó, escuchando un gruñido... mordiéndose el labio, alzo su mirada captando la mirada de su lobo.

Lobito, yo... quiero más leche, me quieres dar mas... si_ solo eso necesitaba el lobo, para tomar acción y levantar a su chico cargandolo de forma de princesa, ante la acción del lobo, stiles se sorprendio, el creía que lo tomaría nuevamente, hizo un puchero, pensando que perdió.

Grrr, Cariño tu no haces más que calentarme las bolas, ... te castigaré en la ducha bebe... necesitas bañarte y un buen castigo a esa colita que traes, pero solo usaré mis dedos, y cuando estés mejor de hare ver las estrellas como tanto quieres, Grrr_ Stiles levantó su rostro, dándole un beso en la barbilla del lobo, encontrarse con la mirada lujuriosa de este, sus ojos ya rojos del alfa, brillaban tan ferozmente, no podía dejar de sonreír.