Y yo grité "¡Lesbianismo!", hasta levanté los brazos por la victoria. Pero resultó ser más que simple "lesbianismo".
Navidad dos mil ocho. Sophia regresaba a Atenas para reunirse con su familia, a reencontrarse con su hermana Irene, pues tenía casi un año de no verla, desde las vacaciones navideñas pasadas, pues en verano no había podido ir por haber llegado de una vez a Milán a trabajar. Se habían mudado al centro de la ciudad, cerca de la embajada de los Estados Unidos de América, de tres pisos, unas cuantas habitaciones grandes, una enorme cocina en la que su mamá y la ama de llaves cocinaban todos los días, una oficina eternamente provisional de su papá, una piscina y un trampolín, más que eso no necesitaba, pues, sólo los autos, que no eran tan lujosos, dos BMW que el gobierno proveía sin impuestos y que los cambiaban cada cuatro o cinco años, no al mismo tiempo, y la Vespa de Sophia, que la había empezado a utilizar Irene tras Sophia haberle dado permiso y haberle pagado la licencia para ello. La tensión entre sus papás era bastante notable, no había ni violencia verbal ni física, pero había empeorado en el último año, pues apenas y se saludaban, era como si la presencia del otro les molestara, Talos trataba de restringirle la vida a Camilla, y Camilla, no estando contenta con eso, lo retaba, aunque, para ahorrarse escenas intensas frente a sus hijas, no lo hacía y todo parecía estar que-sí-que-no-que-digamos-que-bien. Sophia jamás había visto tan mal el matrimonio de sus papás, pues, era cierto, nunca habían sido tan amorosos, sólo al principio, más o menos hasta la época en que Irene había nacido, y Sophia creía que era porque Camilla se había adueñado de unas cuantas libras por el embarazo, cosa que no se le veía mal, pero ya no era la raquítica y guapa mujer que utilizaba bikinis cuando iban a la playa; ya no.
- Mamá...perdón, no sabía que estaba aquí- murmuró Sophia. Acababa de entrar a casa, eran casi las cuatro de la mañana, había salido con sus primas; Melania y Helena, que Melania era modelo de lencería y Helena era presentadora de las noticias de las seis de la mañana en el canal "ERT".
- ¿Cómo te fue?- se preparaba un té, dándole la espalda a Sophia todo el tiempo, quien se había apoyado de una de las encimeras, pues esperaba a que se terminara de diluir el té en el agua.
- Bien, la pasamos muy bien, la película estaba entretenida...pero traducida al griego no mucho- rió. – Y fuimos a donde los tíos, les mandaron saludos, llegaron unos amigos de Helena y pues, eran graciosos, más después de un poco de Ouzo- rió por la nariz, acercándose a la espalda de su mamá. Era una mujer guapa, de la misma estatura de Sophia, pero de tez suavemente dorada, rubia como Sophia, tonos claros y oscuros en una mezcla natural, cejas finas y arqueadas, ojos celestes y cristalinos, cabello largo aunque siempre recogido en un moño un tanto flojo, como en un torniquete francés, nariz pequeña y recta, labios rosados, era casi igual a Sophia, sólo que las medidas variaban tras dos embarazos y veintidós años de diferencia, delgada todavía menos para Talos, según Sophia. .
- Me alegro mucho, ¿quieres té?- preguntó, sonriéndole a Sophia por encima del hombro izquierdo, pues por ahí se asomaba.
- No, gracias...pero la acompañaré con un vaso con agua- sonrió, dándole unas palmadas cariñosas en sus hombros. - ¿Qué hace despierta a esta hora? Es un poco tarde...
- No podía dormir
- ¿Está todo bien?- murmuró.
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Antecedentes y Sucesiones - Traducida
قصص عامةSecuela de "El lado Sexy de la Arquitectura". Todos los créditos a su autora Ella J. ATENCIÓN... Esta historia no es mía, la autora real, la única y legal es @EllaJenkins56 . Todos los derechos reservados por y para ella. Esta es solo una versión tr...