4

1.9K 171 35
                                    

Estaba en una posición tan cómoda durmiendo pero, la inevitable necesidad de rodarme por la cama en busca del lado fresco, pudo más que mi comodidad. Me dolía el cuerpo, no quería levantarme, quería solo seguir sintiendo las sábanas frescas y la paz de mi habitación...un momento ¿Paz? ¿Cama sola? ¿Qué no había dormido con alguien?

Abrí los ojos y en efecto, estaba solo en la cama. Ni una sola alma se encontraba al rededor de mí. Quizá había sido algo de una noche, me usó y se fue...

No mentiré, eso me destrozó el corazón.

Pero no iba a permitir que la tristeza me ganara, ni mucho menos me hiciera sentirme mal. Con un poco de esfuerzo me levanté de la cama y me puse por encima y sin abrochar la camisa que había usado la noche anterior, necesitaba bajar a desayunar algo.

Eres un tonto, Sae. ¿Cómo es posible que te hayas dejado utilizar de esa manera por alguien más chico que tú? Y aún peor ¿Por qué comenzaste a sentir cosas sin siquiera conocerlo?

-Bueno, lo conoces por un tiempo de 3 semanas, es algo de tiempo- Me hablé a mi mismo en voz alta.

"¡Pero no es el tiempo suficiente!" Me volvió a responder mi cabeza en reproche.

-Estupidas voces. No sé trata del tiempo de conocer a alguien, sino de la persona con quién estás- iba bajando las escaleras -Si el tiempo fuera importante, los que llevan seis años de novios, todos se casarían- terminé de decir llegando a la barra de la cocina.

-Eso es algo que decía mi abuelo- Del susto tan grande que tuve, dí un brinco de ciento ochenta grados, quedando frente a la persona de la que venía la voz.

-¿Shido? ¿Qué diablos haces aquí? Creí que te habías ido- Respondí bajando los brazos y entrando en pánico de que hubiera escuchado mis demás quejas.

-Te dije que me quedaría la noche aquí y por la mañana que desperté te ví demaciado tranquilo. Supuse que tendrías hambre igual que yo, así que bajé a preparar el desayuno - levantó un par de platos con cereal.

-¿Creiste que me iría?-

Me quedé sin palabras... Realmente había pensado que se había ido y que jamás volvería a saber algo de él, pero no. Él estaba parado en mi cocina, en ropa interior, con el cabello desarreglado, dos platos con cereal y una sonrisa que terminó por cautivar mi corazón.

-Tal vez...- Miré hacia otro lado. No tenía el valor para verlo a los ojos.

Lo siguiente que sentí, fueron unos grandes brazos abrazándome.

-Pues que te quede claro- Bajó lentamente hasta mi oído- Jamás me iré, ahora estás atrapado conmigo y no podrás librarte de mi- Y me dió un beso en la mejilla.

-¡Bueno, es hora de desayunar!- Tomó los platos y los acercó a la barra.

¿De verdad había dicho que nunca más se iría y ahora estaba comiendo tan tranquilo? Era una declaración demaciado fuerte...pero que sin duda, había causado un vuelco en mi corazón.

Había pasado una semana desde aquel día, Shido se había quedado todo ese tiempo en mi casa, incluso había traído ropa y se había hecho su propio espacio en mi closet. Era un muy buen cocinero, pero un tanto desordenado.

Los meses siguientes, prácticamente ya vivía en mi casa y solía ir por mi a mi entrenamiento y varios de los chicos habían dicho que mientras que yo no estaba, se presentaba como mi novio. No me molestaba en absoluto, digo, ya vivíamos juntos, me preparaba la comida, venía por mi, hacíamos la despensa juntos y dormíamos juntos, quizá si era mi novio, pero no formalmente y yo solía ser muy especial, así que hasta que no me lo dijera, ante el mundo y mis compañeros, solo salíamos.

- No le crean nada, estamos saliendo solamente- Respondí mientras ataba mis agujetas.

-Vamos chico, si cuando suben al auto se besan. Parece que se van a comer entre ustedes ¡Lo vemos todo por el vidrio!- ¡Le había dicho que no quería que me besara en público justo por eso!

-No sabes lo que dices, tanto correr y tanto sol te hacen un desastre la cabeza, Oliver- Huí de la conversación, corriendo hacia el otro lado del campo de entrenamiento, con la excusa de que iba a hacer el saque lateral.

-S-shido...ahh-

Otro movimiento brusco se hacía presente dentro de mi.

- Te había dicho que me llamaras por mi nombre, no mi apellido- Dijo en mi oído, para después lamerlo y jalar mi cabello hacia atrás con su mano derecha y puso su otra mano en mi cintura para entrar más profundo.

- Ahora dilo "Ryusei" -

-Ryu...-Un golpe en mi punto sensible se hizo presente haciéndome gemir- Ryuse...- Otro golpe -¡Ryusei! - Terminé por gritar al momento en que él se venía dentro de mí.

Ambos nos dejamos caer en la cama. Cerré los ojos por un momento y sentí como me abrazaba para acercarme a su pecho.

-Ryusei...¿Por qué le dices a mi equipo que eres mi novio? - pregunté sin abrir mis ojos.

-Porque prácticamente ya lo somos- Me abrazó más fuerte. No podía creer que después de tener sexo, aún tuviera tanta fuerza.

-Veamos. Me besaste contra mi voluntad en el vestidor. Me invitaste a comer un día-: comencé a enumerar- follamos una vez y después te quedaste en mi casa por tres meses completos, vives aquí, me haces de comer, vas por mi y duermes conmigo y ¿ya eres mi novio? -

-Ese título es la mínima recompensa que merezco después de tanto esfuerzo diario- Respondió feliz y sarcástico al mismo tiempo.

-Eres un sin vergüenza- Dije para volver a esconderme en su pecho tras solo escuchar una pequeña risa.

Pasaron unos minutos de silencio total, en los que fuí plenamente feliz, hasta que Shido comenzó a moverse de la cama para bajar de ella y desaparecer de la habitación, dejándome solo.

-Quizá fue solo al baño- Aproveché para limpiarme y ponerme mi ropa interior. Mientras lo hacía, Shido apareció en la puerta a los pocos minutos y se sentó frente a mi en la cama.

-Llamaste mi atención desde ese día en Blue Lock. Amo esos ojos verdes que miran a todos como si no valieran nada, pero que cuando me miran a mi, tienen un brillo hermoso. Amo tu actitud tan arrogante que demuestras frente a todos y sobre todo, amo lo tranquilo, tierno y desprotegido que te vez cada mañana que despierto y estás tranquilamente dormido junto a mi, porque yo estoy aquí para protegerte-

-Esperaba que preguntarás algo así, desde hace un par de semanas, así que compré esto-

De su mano sacó una caja delgada pero larga, color azul marino y me la entregó. La abrí lentamente y en su interior se encontraban dos cadenas doradas y gruesas. Saqué una de ellas y lo miré.

-Si aceptas ser mi novio, una de ellas es toda tuya- Habló juguetón, mientras miraban a otro lado.

-¿Es broma? Habría aceptado incluso sin cadena- Me lancé sobre él para besarlo. -Es demaciado hermosa, ¿Me la pones?-

Me di la vuelta y levanté mi cabello para dejar libre mi cuello. Shido estaba abrochando la cadena y aprovechó el espacio libre para besar mi cuello, dejando una marca.

- Ahora todo el mundo sabrá que Sae Itoshi tiene novio y soy yo- Respondió orgulloso.

Sonreí ante su actitud tan infantil y le puse su cadena, solo que en lugar de marcar su cuello, lo besé y mordí su labio hasta que salió sangre.

-Y ahora todos saben que Shido Ryusei tiene novio y soy yo - Respondí de la misma manera y tono en que él lo dijo. Ambos reímos y nos tiramos a la cama una vez más.

Demonio De Bolsillo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora