10

1.1K 105 8
                                    

Los chicos habían ido a la sesión de fotos muy temprano y parecía ser que aún así, ya todo estaba listo.

Ambos chicos pasaron a usar el primer cambio y que les dieran un retoque de maquillaje para acentuar algunas cosas como sus ojos pero la realidad es que no necesitaban mucha ayuda del maquillaje. Dirigiendo la sesión se encontraba Vanessa, diciéndoles cómo posar a cada uno y hacia donde mirar. Todo fue tan técnico y sencillo para los chicos (más para Shido al estar familiarizado con esas cosas) y aparte fue bastante divertido, porque mientras que uno estaba en sus fotos el otro seguía por detrás de la cámara tomando sus propias fotos.

Shido parecía un pez en el agua brincando, acostándose en todos lados y mirando a la cámara como si fuera una especie de estrella en el escenario mirando a un público, lo cual no estaba tan errado porque de igual forma había un público esperando por su grandiosa actuación.

Por el lado de Sae al principio se tomaba un poco rígido a la cámara, al parecer aún estaba apenado pero, quería que todo saliera tan bien como se pudiera. La mujer que estaba en frente era su diseñadora favorita en el mundo, Sae había logrado ese estilo tan maravilloso gracias a todos los consejos de moda y diseños de esa mujer y quería que todo saliera bien. Sin contar que si todo salía perfecto existía la posibilidad de que Vanessa hiciera una colección de ropa inspirada totalmente en él y para Sae eso era un sueño dorado, quizá no tan grande como el fútbol pero si uno bastante semejante a eso.

En su intento porque todo saliera perfecto tomó una desicion que no sabía si lamentaría más tarde, solo sabía que gracias a los dioses traía quien lo llevara a casa. Había ordenado una botella de vino y estaba "agarrando valor". Cuando los demás volvieron a mirar, el chico se había tomado media botella y caminaba al escenario.

-Sae, cariño. No creo que estés en condiciones para esto- Habló la rubia tratando de detener al chico.

-Estoy perfecto Van. Solo sigamos con esto-

La sesión siguió y resultó ser que a los pocos minutos la acción tan temerosa del pelirrojo cobró su factura pues, Sae comenzaba a oír distorsionado, ver borroso, se reía de todo y por último como agradecimiento especial el alcohol en su sistema había colorado por completo su rostro y comenzó a actuar con más naturalidad y relajación por el resto de la sesión, cosa que no le gustó mucho a su novio.

A Shido le volvía loco ver a Sae tan cooperador y lindo solo con él. Así que no pudo evitar hacer una rabieta que, como era de esperarse su madre notó.

Vanessa quiso acelerar las cosas pasando a la tercera parte, que ambos chicos posaran juntos para las fotos. Cosa que logró poner de buenas al otro rubio de la sala.

Todo salió muy bien hasta que Sae empezó a actuar un poco más raro de la cuenta. Shido lo notó pero él estaba más que encantado de ver a su novio en ese estado y al igual que su hijo, la mujer lo notó e hizo que todo el equipo saliera del estudio y comenzó ella misma a tomar las fotos. Se veian demasiado lindos y quería darles unos pequeños recuerdos de esta ocasión.

-Ahg...Mi cabeza...- se quejaba el mayor dando vueltas en la cama.

-Oh, ya despertaste. ¿qué tal tu sueño?- Preguntó el moreno entrando a la habitación con el desayuno en una mesita plegable.

Sae se levantó de la cama. No tenía una playera puesta, solo sus pantalones de dormir y eso lo confundía aunque la necesidad de ingerir comida y beber líquido eran mucho mayores que su miedo de saber que era lo que había ocurrido.

-Horrible, soñé que me ponía borracho en la sesión de fotos y hacia un montón de estupideces-

-Pues si pasó y si lo hiciste, pero estabas muy divertido y debo admitir que tu rostro totalmente rojo, sumado a tu linda actitud y esa ropa que te quedaba jodidamente bien, casi hacían que te tomara a la mitad del estudio sin importar quien estuviera-

Demonio De Bolsillo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora