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Habían pasado dos meses desde que ambos chicos se habían vuelto una pareja y Shido había proclamado que oficialmente iba a vivir en casa de Sae. La madre de Shido vendría al país de nuevo por dos días y después volvería a su trabajo, así que ambos chicos querían aprovechar para hablar con ella y mover todas las cosas del rubio.

-¡Hey, Ryu! Apúrate o no llegaremos con tu madre al aeropuerto- llamó Sae desde la camioneta, mientras que Shido corría en su dirección.

-No sabía que te interesará tanto conocer a mi madre- Dijo el rubio subiendo a la camioneta mientras que Sae la encendía y comenzaba su camino al aeropuerto.

-Tonto...no es que me interese...esque odio que hagan esperar a la gente-

Ambos hombres seguían en el camino al aeropuerto escuchando música en el estéreo y platicando, hasta que Sae preguntó sobre la madre de Shido.

-Mhmm...pues mi madre trabaja fuera del país, es diseñadora de modas. Se la vive en sus shows y esas cosas. Un tiempo fuí su modelo-Habló Shido sin tanto rodeo, pero casi sale volando al parabrisas de no ser porque usaba el cinturón, porque Sae había frenado de golpe ante la sorpresa.

-¡¿Tu madre es Vanessa Shido?! Mierda, Ryu ¿cómo se te olvidó decir algo así de importante?!-

-Esque no lo es. Además, creí que era obvio. Tiene mi apellido y el noventa porciento de mi ropa tiene su marca-

Sae estaba sufriendo un shock mental muy grande. La madre de su novio era su diseñadora favorita. Maldición ¡Se estába acostando con el hijo de su diseñadora favorita! Esto lo ponía aún peor.

-Pudiste haberlo dicho, debí vestirme mejor para la ocasión- hablaba muy estresado el más bajo.

-Tranquilo, hombre. Le caerás bien de cualquier manera, sobre todo cuando le diga que te estás tirando a su único y perfecto hijo y que ahora te lo llevarás de sus brazos a tu casa- Habló Shido con una sonrisa burlona en su boca.

-Eres de lo peor, niño- habló Sae haciendo una mueca y centrándose en manejar -Ahora te ignoraré el resto del camino-

-Vamos, cariño. Solo estaba jugando -Shido picaba y jalaba el brazo derecho de Sae en busca de una aceptación pero Sae no le hacía caso- Le caerás muy bien a mi madre- Sae seguía sin mirarlo.

-¿No me responderás?- Shido lo miraba serio y Sae seguía ignorandolo -Ya veo, así vamos a jugar. Entonces veamos quién aguanta más- Aunque no lo pareciera, ese tono tan seductor y retador que había utilizado Shido, le parecía lo mejor de este mundo y hacia que se derritiera. Sabía que no tenía que ceder, pero aún así le causaba una sensación de que el chico a su lado no planeaba nada bueno.

Shido había puesto en su cabeza su característica diadema para detener su rebelde cabello -Espero y sigas igual de serio después de esto- Se relamió los labios y se inclinó en dirección de los pantalones de Sae para comenzar a abrir el cierre, lo cual inmediatamente puso en estado de alerta al pelirrojo. Intentó quitarlo de ahí ya que estaba manejando, no era el momento ni lugar adecuado para esos juegos pero, Shido presionó entre sus piernas, causando un espasmo que inmovilizó por completo al hombre.

-Sigue manejando- Hizo a un lado la ropa interior y saco la extensión de Sae para darle una larga lamida- O vamos a chocar-

Sae no sabía que hacer, estaba en medio de una avenida principal y su novio venia practicandole sexo oral mientras conducía. Quería detenerse y disfrutarlo o detener a Shido y dejarlo para después. Si lo permitía, podrían tener un accidente, ya que Shido sabía lo que hacía y causaba fuertes espasmos en el chico, que a su vez, terminaban en apretar el acelerador o el freno por error y si paraban, no llegarían a tiempo al aeropuerto. Estaba en la peor prueba de su vida.

-Vamos Ryu, tienes que dejarme, podría haber un accidente- Shido no cedía y en cambio succionaba con más fuerza.

Habían parado en un semáforo y Sae sentía una gran tranquilidad de que por un momento sus vidas no peligraban. Pero finalmente había perdido la cabeza.

Shido lamía con gran destreza presionó el miembro de Sae y al aprovechar el semáforo y el tráfico que se había formado al rededor de este, Sae había tomado los largos cabellos de su novio y había comenzado a jalar y empujar su cabeza en dirección a sus caderas, al mismo tiempo que simulaba embestidas a la boca de su novio. Shido había entendido lo que significaba. Sae estaba a punto de correrse...

Con una mano había tomado la base y presionaba, inmediatamente arrebató un gemido de la boca de su novio, seguido de una súplica. Comenzó a bombear con más rapidez mientras que la fuerza aumentaba al igual que los jadeos y gemidos de Sae. Este último agradecía que los vidrios eran polarizados, no se vería nada hacia dentro, pero no estaba tan seguro sobre el sonido. Esperaba que se confundiera su ruido con el de los motores de los autos.

Pasaron unos cuantos segundos más, hasta que Sae logró llegar al final y correrse en la boca de su novio. Shido recibió todo en su boca y al mismo momento en que el semáforo pasaba a verde y Sae hacia avanzar la camioneta.

-Ahg, Ryu. No lo tragues- Estaban llegando al estacionamiento del lugar y Sae apagaba el motor. Shido lo miró y sonrió a su novio, para después abrir su boca mostrando parte del líquido blanco en ella y después tragarlo.

-Eres un asco - Habló Sae mientras se quitaba el cinturón y se disponía a bajar, pero Shido lo jaló de nuevo hacia dentro del auto y lo besó.

Los besos de Shido solían ser muy húmedos, agresivos y demandantes. De vez en cuando tiernos, pero cuando quería demostrar que siempre se hacía lo que él quería, solían ser aún más autoritarios y de esa misma manera lo fue ese beso. Sae no podía seguir el ritmo del beso, era demaciado fuerte y sin contar que la lengua de su novio pasaba por cada rincón de su boca y lo estaba dejando sin aire. Cuando finalmente Shido lo soltó y pudo tomar algo de aire, escuchó lo que su novio decía con una gran sonrisa.

-Hay que bajar o llegaremos tarde- Para después bajar de la camioneta.

Shido lo había dejado siendo un verdadero desastre y aún así, podía irse tan tranquilo. Le había hecho sexo oral mientras conducía una avenida principal, lo había devorado con un beso que lo había dejado sin aire, completamente sonrojado y con los labios hinchados y se iba como si nada.

Se tomó su tiempo para volver a verse arreglado y poder salir de ahí para llegar a la zona de salida. Shido lo esperaba para caminar juntos tomando su mano y así fué. Ambos llegaron a la zona de espera.

Demonio De Bolsillo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora