2

1.7K 124 14
                                    

BETTY

Estábamos almorzando mientras hablábamos sobre el nuevo proyecto, no me extrañaba que los inversores hubieran pedido expresamente que Marcela se hiciera cargo de él, es una mujer muy inteligente y muy buena para los negocios.

Se sentía bien estar así con ella, aun que era un poco extraño, llevaba sin verla desde la junta donde mostré todo lo que Armando había hecho, tanto a la empresa como a mi. Cuando termino esa junta ella se fue y no supe más hasta que Don Roberto me dijo que hablaría con ella para que volviera.

Ver la mientras comía y conversábamos me hacía recordar todo el daño que le hice, bueno le hicimos, recordar su cara en esa junta mientra veía la carta de Calderón para Armando y descubrir que su amante era yo, me partía el corazón. Nunca la había visto así y la forma en la que se fue cuando la junta terminó era muy dolorosa, pero yo fui una de las culpables de que eso sucediera.

Al terminar la junta Don Roberto me insistió en que debía ser yo quien tomara el mando de Ecomoda, pero no sentía que eso fuera correcto, no después de todo lo sucedido, así que le dije a Don Roberto que me diera un tiempo para pensarlo, accedió ya que técnicamente la dueña de Ecomoda era yo.

Estuve durante una semana en Cartagena donde conocí a Michel, nos conocimos al tercer día de estar allí, congeniamos bien, ya que él estaba sufriendo porque su novio le había dejado, se que no pasábamos por la misma situación pero nos ayudamos mutuamente durante esos días. Un día antes de regresar Michel me propuso hacerme un cambio de imagen ya que había tomado la decisión de presidir Ecomoda, la verdad me encanto ese cambio, cuando regrese todos se quedaron sorprendido de como me veía.

Después de regresar y anunciar que seria la nueva presidenta con la condición de entregar la empresa cuando esta se recuperara completamente, Armando quiso que volviéramos a intentar una relación, pero le dije de la manera más respetuosa y tajante que él y yo solo trabajaríamos por el bien de la empresa y nada más, no lo quería de vuelta en ese sentido, ya que durante esa semana me di cuenta de que no estaba enamorada de él sino del hecho de como alguien como Armando se fijara en alguien como yo. La verdad todo fue bien durante ese tiempo, teníamos una relación cordial pero solo profesional, al parecer él ya lo había entendido porque comenzó una relación con una de las modelos, no recuerdo bien el nombre ya que terminaron al poco.

Volviendo al presente, estaba sentada con Marcela, la verdad se veía más guapa, aun que eso fuera casi imposible, tenia la esperanza de que quizás me perdonara y fuéramos amigas o al menos nos lleváramos bien.

-Beatriz, ¿se encuentra bien? -me dijo haciendo que saliera de mis pensamientos.

-Si, claro Doña Marcela, solo me distraje en mis pensamientos – respondí con una leve sonrisa y un no tan leve sonrojo.

- Le decía que podríamos tratar el tema del proyecto más tarde en la empresa y así me podría poner al tanto de lo que ha sucedido en mi ausencia- le asenti levemente.

- Me parece bien, ¿qué gusta saber?- pregunte mientras tomaba un poco de agua.

-Ummh, bueno la verdad se me hace un poco raro que Patricia se lleve tan bien con las del cuartel, ¿a qué se debe eso? -

- Pues bueno, pensaba que como era tan amiga de Patricia ya sabría que está en una relación con Aura María.- se sorprendió por lo que dije y supuse que no sabia nada.

Terminamos de almorzar con una leve conversación sobre como iban las cosas en la empresa, cuando regresamos cada una se fue a su oficina, la verdad había sido agradable almorzar con ella, mucho mejor de lo que esperé. Al entrar en mi oficina me encontré con Armando.

-¿A qué se debe este honor? -dije con un tono bastante sarcástico.

-Pues me preguntaba qué tal había ido todo con Marcela, porque por lo que puedo ver una sigues viva.

-Jajaja que gracioso, pues si sigo viva y me ha ido muy bien para tu información.

-Bueno la verdad es que Marcela se ve muy bonita, aun que siempre lo fue, quizás intente volver con ella. -termino de decir mientras me guiñaba un ojo, y yo ya esta hirviendo de la rabia al pensar en Marcela con él.

-Ni se te ocurra Armando, está advertido. - dije muy, pero muy enfadada, o acaso eran celos, no sabía bien porque me enfadaba tanto la idea pero no lo permitiría.

-¿Acaso esta celosa Betty? -pregunto de forma burlesca, y mierda claro que lo estaba, pero no sabía por qué me pasaba.

-Y eso que más le da, es asunto mio si lo estoy o no. -respondí muy molesta, ya quería que se fuera y me dejara en paz.

-Tranquila Betty, acaso no te das cuenta de que he visto como te la comías con la mirada antes, por dios! Hasta un ciego se hubiera dado cuenta, a ti te gusta Marcela y no me lo puedes negar.

-No se de que habla, y claro que no me gusta Marcela, es solo su imaginación. -respondí bastante nerviosa, dios como es que él se dio cuenta antes que yo de lo que realmente me pasa con ella, no puedo negar que es muy bonita y que tiene unos ojos preciosos y esa sonrisa tan encantadora o esos labios que parecen tan suaves y que muero por poder besar.

-Betty, Betty... -Armando me saco de mis pensamientos y me di cuenta de que me estaba mordiendo el labio inferior mientras pensaba en lo perfecta que es Marcela.

-Hey, no te preocupes Betty, es normal que te guste Marcela, es una gran mujer, y ademas yo no pienso decir nada de esto. Y si gusta la podría ayudar a conquistarla. - solo de pensar en la idea de conquistar a Marcela me hizo sonreír.

-Gracias Armando, pero no creo que Marcela se vaya a fijar en mi. - dije un tanto triste, la verdad no creía que Marcela me pudiera ver de esa forma.

-Por su puesto que lo hará, solo confíe en mi. - solté un pequeño bufido al escuchar eso de él, no estaba segura que fuera a funcionar pero por lo menos lo podría intentar, el no ya lo tengo.

-Esta bien, pero ni una palabra a nadie, debe ser un secreto. - Armando me asintió y después de despedirse se fue hacia su oficina. Me quede el resto del día revisando papeles y pensando en como conquistar a Marcela, cuando fue la hora me fui directo a mi casa.

Solo túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora