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MARCELA

Ya habían pasado dos meses desde que Betty y yo comenzamos nuestra relación, la primera cena con sus padres fue maravillosa, mi querida suegra y yo nos pusimos de acuerdo para convencer a Betty de tener cinco hijos, pero por desgracia no conseguimos convencerla y me costó una semana entera sin sexo como castigo por aliarme con su madre, castigo que por mucho que intente cumplió. En Ecomoda todo iba genial, la empresa se estaba recuperando casi por completo, y Betty y yo pasábamos casi todo el tiempo juntas, de normal se quedaba varios días en mi apartamento a dormir, pero yo la quería para todas las noches, por eso estaba pensando en pedirle que se mudara conmigo, quizás sea algo pronto pero no me importa porque la quiero conmigo para siempre.

Estaba ocupada revisando unos papeles que no noté cuando Betty entró a mi oficina.

-Amor, ¿podemos hablar un momento? - dijo mientras se acercaba hasta donde estaba, cuando estuvo lo suficiente cerca la agarré por la cintura y la senté en mi regazo.

-Por supuesto mi vida – dije mientras le daba leves besos en los labios.

-Pues resulta que hay un nuevo inversor que quiere que nos reunamos con él, pero el problema es que la fecha en la que quiere que nos veamos coincide con la cita que ya teníamos programada para ver el tema de los materiales que necesitamos para el desfile. - dijo casi susurrando mientras daba leves caricias en mi cuello.

-¿Y qué vamos ha hacer? ¿no pueden vernos otro día? Sabes que no podemos cancelar lo del desfile – dije intentando encontrar una solución.

-No, no pueden otro día, pero eso lo tengo ya solucionado, solo quería contarte mi plan para que veas lo lista que es tu novia – dijo dándome una sonrisa demasiado sexy.

-¿A sí ? - pregunte en modo de burla mientras tiraba levemente de su labio inferior para después darle un sentido beso.

- He pensado que como tu hermano es tan bueno para cerrar tratos y tiene pleno derecho de la empresa podría ir en nuestra representación y como seguro necesite a alguien que conozca muy bien como están ahora las cosas creo que nuestro querido Armando lo debería acompañar – dijo con una gran sonrisa, por lo que la bese desesperadamente, era una buena idea siempre y cuando no se maten antes de cerrar el trato.

-Solo espero y no se maten – dije una vez nos separamos del beso.

-También lo espero y creo que será un buen acercamiento para ambos – dijo mientras se levantaba.

-Me tengo que ir, llama a tu hermano y le cuentas, pero no le menciones nada de Armando, no por ahora. - dijo mientras salia de la oficina y yo volvía a prestarle atención a los papeles que tenía delante, más tarde llamaría a Daniel.

Era la hora de almorzar, Betty y yo estábamos en el coche de camino al restaurante, tenía pensado pedirle que se viniera a vivir conmigo, lo haría esta noche. Ya había hablado con Daniel sobre la reunión, al principio se negó, pero tras insistir le y prometer que lo invitaría a cenar donde él quisiera acepto, Betty ya le había dicho a Armando y él no puso ninguna pega, solo faltaba que no se negaran al saber que iba el otro.

-Amor ya hemos llegado – dije con una sonrisa al abrir la puerta para que bajara Betty.

-Gracias – dijo para después darme un pequeño beso.

Entramos al restaurante y almorzamos tranquilas entre conversaciones sobre la empresa y planeando como hacer para que Daniel y Armando no se negaran a ir a la reunión. Cuando terminamos de almorzar nos fuimos de nuevo a la empresa, bueno Betty se fue a su oficina y yo me regrese para preparar la cena de esta noche sin que ella supiera.

Solo túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora