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BETTY

Adelantar la reunión me había puesto más nerviosa de lo que ya estaba, la idea de estar a solas con Marcela me aterraba y encantaba por partes iguales, no paraba de dar vueltas por toda la oficina, perecía que en algún momento haría un agujero en el suelo. Armando solo me seguía con la mirada desde su silla con una pequeña sonrisa en su rostro, algo que me desesperaba aun más, quizás para él solo era un pequeño juego o pasatiempo, pero para mi era mucho más. Desde que supe que realmente estaba enamorada de Marcela no podía sacarme de la cabeza si ella podría sentir algo parecido por mi. Descubrí que estaba enamorada de ella más tiempo del que pensaba, cuando trabajábamos juntas antes de que todo se descubriera creía que lo que sentía por ella era una simple amistad y además yo estaba "enamorada" de Armando, pero ahora que la había vuelto a ver y sabia que nunca llegué a amar a Armando, lo tenía todo muy claro, quería a Marcela para el resto de mis días, quería formar una familia con ella y muchas más cosas que solo haría con ella y nadie más.

-Tranquila Betty, vas a desgastar el suelo de tantas vueltas, no lo pienses más, ya te lo he dicho, cuando estéis allí la invitas ha cenar, dan un paseo de camino al hotel y le dices que la amas. - escucharlo me hizo para de golpe, parecía tan sencillo dicho así, pero yo me moría de los nervios, ¿y si no sentía lo mismo que yo?

-Betty, se lo que piensas, personalmente creo que Marcela está tan enamorada como tú, pero en caso de que no lo esté no te preocupes conseguirás enamorarla ya veras. - no estaba segura de lo que Armando decía, pero no me quedaba de otra dentro de unas horas partiríamos hacia México y estaríamos solas por unos días.

Salí a almorzar con Armando, ya que él insistió tanto en acompañarme, aun que realmente no comí mucho por mis nervios. Estaba esperando a Marcela en mi oficina para ir a mi casa y después a su departamento a coger nuestras maletas, cuando escuche unos leves golpes en la puerta y seguido entro una Marcela que parecía algo nerviosa, pero que me dejo sin aliento cuanto pude verla completa, llevaba un vestido negro que se pegaba a su maravillosa figura luciendo increíble y demasiado sexy, hasta el punto que se me había olvidado cómo se hablaba y podía jurar que tenía la boca abierta mientras la miraba o mejor dicho la admiraba, porque ese podría ser a partir de ahora mi vestido favorito puesto en ella.

-Beatriz, ¿está lista para irnos? - su voz me caso de mis pensamientos haciendo que me sonrojara demasiado, mi cara se puso de un color similar al de un tomate.

- Sí, ¿vamos en su coche o el mio? - no se ni como pude contestar, porque ese vestido estaba haciendo estragos en mí.

MARCELA

-En mi coche, si le parece bien – le dije con una sonrisa seductora.

-Perfecto, deja cojo mi bolso y vamos. - respondió un tanto nerviosa y sin quitar la mirada de mi escote.

Por lo visto hice bien en usar este vestido, no me arrepiento de habérmelo puesto esta mañana, desde que entre por la puerta no me ha quitado la mirada de encima y sobre todo he podido notar las miradas discretas, que no son tan discretas a mi escote. Salí antes que ella de la oficina con la única intención de mover de forma provocadora mis caderas, y al parecer funcionó, porque al llegar al ascensor me giré encontrándome con su mirada en mi culo, provocando un gran sonrojo de su parte al verse sorprendida. Sin duda este sera un viaje interesante y divertido, o al menos lo intentaré.

Primero pasamos por su casa a por sus cosas y pude saludar a sus padres, luego fuimos hasta mi departamento. Cuando llegamos al aeropuerto no tardamos demasiado en embarcar, el viaje se hizo ameno y llegamos sin problema alguno. Mientras Beatriz llamaba a sus padres para informar yo me encargue de conseguir un taxi para dirigirnos al hotel.

Cuando llegamos al hotel nos atendió un muchacho bastante agradable, pero estaba tan perdida en el hermoso cuerpo de la bella mujer que tenía al lado que no me di cuenta que me estaba hablando hasta que me toco el hombro haciendo que me sobresaltara.

- Marcela, Marcela ... - me dijo con una leve sonrisa.

-Si, perdón estaba distraída, ¿dónde está el recepcionista? - pregunte al ver que el chico había desaparecido.

- Al parecer hay un problema con la reserva y solo tenemos una habitación, ha ido a ver si lo puede solucionar .- ¿una sola habitación? Eso significa dormir en la misma habitación que Beatriz, ese pensamiento me hizo sonreír de una forma pícara.

- Lo lamento señoritas, pero el encargado me ha dicho que el resto de habitaciones ya están ocupadas y que solo le podemos hacer un descuento por las molestias ocasionadas.- el pobre chico parecía apenado de verdad y la idea de dormir con Beatriz me gustaba cada vez más.

- No te preocupes, nos quedaremos en la misma habitación, con permiso- cogí la llave que nos ofreció y me dirigí hacia el ascensor.

-¿Enserio? - preguntó Beatriz nerviosa, y yo solo pude sonreír.

-No te preocupes Betty, ya somos mayorcitas para compartir. - no tenía caso seguir diciéndole Beatriz, Betty sonaba mucho mejor, después de un asentimiento por su parte nos dirigimos a la habitación.

Definitivamente estos días a solas con Betty serían muy divertidos y magníficos, solo esperaba ser correspondida en mis sentimientos, porque ya me estaba muriendo por besar esos deliciosos labios que tenía.


Holisss😊, aquí les dejo un nuevo capítulo, intentaré actualizar pronto. Gracias por leer. ❤

PD: que atrevida la Marce. 😏😎


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