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MARCELA

Me desperté por la luz que entraba por la ventana, cuando intente levantarme no pude y entonces me di cuenta que Betty, mi Betty, me tenía agarrada por la cintura y al parecer era bastante fuerte, al verla recordé todo lo que sucedió anoche y eso me hizo sonreír. Nuestra ropa estaba tirada en el suelo, cuando conseguí levantarme la recogí y puse sobre la pequeña mesa que había, entre al baño y cuando salí Betty estaba sentada en el centro de la cama, sin dudarlo me subí y senté sobre sus piernas.

-Buenos días amor – le di un beso que fue un simple roce de labios, por lo que hizo un pequeño puchero.

-Buenos días – dijo con fingido tono de enfado.

- ¿Estas enfadada? - pregunte divertida, ella solo asintió en respuesta.

-¿Puedo saber por qué? - dije frunciendo el ceño.

-No estabas cuando me he despertado, pensé que te habías ido- la besé de nuevo esta vez durante más tiempo.

-Jamás me iría, solo tenía que ir al aseo. Oye yo nunca te dejaría, te amo-

- Yo también te amo, muero de hambre y si desayunamos y luego damos un paseo antes de volver a Ecomoda .- asentí mientras me levantaba

- ¿Qué haremos cuando volvamos? - pregunte un poco nerviosa porque no habíamos hablado de eso.

-¿A qué te refieres? - dijo mientras se levantaba de la cama

- ¿Le diremos a todos sobre lo nuestro?, sino quieres por mi esta bien, solo que no me gustaría tener que esconderlo – se acerco lentamente hasta donde estaba y me abrazo por la cintura.

-Bueno, puede que Armando sepa lo que siento por ti, y me da igual lo que piensen los demás, así que por mi podemos contarlo .- uní nuestros labios en un beso corto pero sentido.

-Puede que Patricia también lo sepa – dije con una sonrisa

- Pues entonces cuando lleguemos haremos una reunión para contarlo, si te parece bien . -

-Bueno, me parece bien, pero ¿qué es exactamente lo que le vamos a contar? Porque que yo sepa señorita Beatriz no me ha pedido ser su novia – sonreí por la cara que puso.

- En ese caso, ¿me concedería la señorita Marcela el honor de ser mi novia? -

-Tengo que pensarlo señorita – me golpeó el brazo por lo que sonreí y la besé.

-Por su puesto que acepto ser su novia, y me parece bien la idea de contarlo. - la volvía a besar y me separé para coger algo de ropa.

-¿Quieres bañarte conmigo? - pregunte guiñándole un ojo.

- Me encantaría pero no saldríamos nunca de ahí,asique ve tu sola yo entro luego.

Cuando salí del baño entro Betty para arreglarse, fuimos ha desayunar al restaurante del hotel y luego dimos un paseo por la ciudad. Cuando volvimos al hotel, hicimos nuestro equipaje y fuimos al aeropuerto. Llegamos a Bogotá y le pregunte a Betty si quería dormir esta noche en mi casa, porque la verdad yo no quería pasar una sola noche más sin ella, acepto venir así que fuimos directo a mi apartamento, vimos una película abrazadas en mi sofá y después pedimos comida, no nos apetecía cocinar. Mañana iríamos a Ecomoda y probablemente daríamos la noticia de que estamos juntas, solo esperaba que no hubiera ningún problema con eso en la empresa.

BETTY

Me desperté y Marcela seguía dormida, me levante con cuidado de no despertarla y preparar el desayuno antes de tener que irnos a Ecomoda. Cuando terminé el desayuno lo puse en una bandeja y lo llevé a la habitación para así despertar a Marcela, puse el desayuno sobre el mueble y me acerque a la cama.

-Marce, amor ...- dije mientras le acariciaba la cabeza.

-Amor, vamos hay que ir a trabajar – me senté a su lado mientras la besaba, sabía que no seguía dormida porque en cuanto acerqué mis labios correspondió el beso.

-Ummm, no me quiero levantar – dijo mientras me agarraba de la cintura y me tumbaba en la cama quedando ella encima.

-Marcela!!! vamos a llegar tarde y el desayuno se va ha enfriar – comenzó a darme besos por el cuello, lo que hizo que se me olvidara todo y soltara pequeños jadeos de placer.

-Vamos... Marce ... lo digo en serio -

-Pues que esperen – dijo mientras comenzaba a dar pequeñas embestidas haciendo que su centro rozara con el mio, y dios estaba segura que llegaríamos tarde. Comenzó a quitarme la ropa por lo que la imite quitando la suya también, cuando quedamos ambas desnudas retomó de nuevo las embestidas haciendo que soltara un gran gemido. Definitivamente llegaríamos tarde.



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Solo túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora