capítulo 41

399 29 19
                                    

Había dormido tres días seguidos.

Sí, lo sé, es mucho hasta para mi.

—Tu padre no ha dejado de llamar... —Comento Riley.

—Dos veces por la mañana y una por la noche. Nunca más y nunca menos.

Fruncí el ceño mientras me llevaba una cucharada de cereales a la boca.

No iba a mentir diciendo que no me importaba. Y en el fondo, me alegraba de que estuviera preocupado porque eso quería decir que yo le importaba, y necesitaba una confirmación porque a veces dudaba de ello.

—Deberías ir a ver como esta...—Me aconsejo Laura.

La mire con la boca llena de cereales. Trague todo y hable:

—Iré si tú me acompañas.

—Tampoco tenía pensado dejarte sola.

Le sonreí y seguí comiendo. Me vi tentada a preguntarle sobre su novio, pero al ver a Aidan bajar las escaleras todas mis ganas de hablar se disiparon.

No hablaba con él desde el día que fuimos a ver a Lucía, su abuela, y las cosas seguían algo incómodas entre nosotros.

Cuando lo vi entrar en la cocina vi clara mi oportunidad.

—Voy a servirme más cereales. —Me excuse antes de ir a por Aidan.

Al entrar a la cocina lo vi rebuscando algo en la nevera. Me limité a sacar la caja de cereales mientras formulaba la conversación en mi cabeza. Al percatarse de mi presencia se acercó a mi.

Tocará improvisar, entonces.

—¿Cómo estás, T/n? —preguntó cauteloso.

—Bien... —Esboce una pequeña sonrisa.

—Oye yo..., quería disculparme por... por todo lo que hice. —Su actitud era nerviosa y desde tan cerca podía percatarme de lo rojos que estaban sus ojos.

—Está olvidado... Entiendo que estuvieras confundido y...

—No estoy confundido. —Me rectifico lo más rápido que pudo.

Apreté los labios. No otra vez...

—Aidan...

—Yo te quiero, T/n... No me importa que ahora no sea correspondido.

—Soy la novia de tu hermano, ¡no puedes sentir eso por mi!

—¿Crees que yo elijo lo que debo sentir?

—No es justo para Ryan.

—¿Y para mí?

—No es justo para nadie, pero...

—Pero nada, T/n. No pretendo que me correspondas ahora, pero se que tarde o temprano te darás cuenta que yo sí puedo darte algo estable.

—Mi relación con Ryan es muy estable, Aidan.

—Ya, claro.

Y sin decir nada más, o esperar a que le respondiera, salió por la puerta.

Solo quería una charla normal para poder dejar que se disculpara, ¡no quería una maldita confesión de amor!

Me acerqué de nuevo a la sala con los brazos en jarra.

—¿Y tus cereales? —Riley estiró el cuello para verme mejor.

—Me voy a casa.

—Espera, que no tengo zapatos. —Dijo Laura mientras se paraba.

—Prefiero ir sola, Lau...

MíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora