Mía

EXTRA 3

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Habíamos estado tratando de que Laura aprendiera a controlarse y, ciertamente, se estaba complicando ya que ponía mucha resistencia en comer carne, convertirse, y en todo, en general.

Jonny, no paraba de oponerse a la dureza con la que la tratábamos, pero es que no había otra manera.

A ver, que lo haga él, si es que puede.

Llegados a un punto, no podía tomarme en serio a ninguno de los dos, estaba por dejar de ayudarla. Pero luego recordé a mi T/n.

Debía hacerlo por ella; ya le he causado muchas molestias y por lo menos quiero facilitar la transformación de su amiga, ya que fue culpa de mi hermano.

Le había insistido mucho a Laura para que fuera a hablar con ella, ya que insistía en que seguiría enfadada y no querría hablar. Al final acabó haciéndolo porque la culpa la estaba carcomiendo.

La forma lobuna de Laura empezó a correr en mi dirección, furiosa, hasta acabar estampandose contra mi, causandome dolor en gran parte del cuerpo.

Al acabar, y como suponía, no podía mover gran parte del cuerpo por el dolor.

-Ve a verla. -me recomendó Laura.

-Se pensará que solo la quiero para eso.

-Claro que no.

Rodé los ojos y le hice caso, más que nada porque quería volver a verla y porque el dolor me nublaba el pensamiento.

Ignore la lluvia que caía a mi alrededor y me fije en su figura descansando en el sofa.

Tan hermosa...

Impaciente, toque la ventana llamando su atención.

-Deberías probar a entrar por la puerta. -dijo, dejándome pasar.

Su voz tuvo un efecto inmediato en mi, relajandome.

T/n era de esa clase de personas que acaparaban todo a su paso.

Era tímida, pero su personalidad era tan alegre que no podía evitar causarme una sonrisa a mi tambien.

Era todo lo que podía odiar en cualquier persona pero lo que me hacía amarla.

-Necesito que hagas algo por mi. -dije, después de un tiempo.

Quería que mi petición sonara lo menos mal posible, aunque ya de por sí lo era.

Se mostraba reacia conmigo, como si se estuviera obligando a estar enfadada, o a estar en el mismo lugar que yo, por lo que intente hacer un par de bromas para calmar un poco el ambiente.

-¿Donde? ¿Te duele mucho? Espera voy por el botiquín. -dijo, intentado irse de mi lado.

Es tan tierna cuando hace eso de preocuparse por mi...

Pero eso no quita lo nervioso que estoy por lo que le tengo que pedir.

No quiero que sienta que solo la busco para eso, porque no es así.

-Solo queria saber si... ya sabes, si estabas dispuesta a...-. su risa descontrolada me obligó a callarme y mirarla estupefacto.

Está enfadada, ¿no?

-¿Me estás preguntando si puedo besarme contigo?

-Sí, T/n. -dije, más cortante de lo que pretendía.

-Pero, si es lo que haces todos los días con diferentes chicas, ¿por que me lo preguntas? -dijo, sonriendo con burla.

-Para que no confundas las cosas. -conteste, más rudo de lo que me habría gustado.

-La respuesta es no. -dijo, más seria.

Ahora sí que está enfadada.

-Me muero de dolor, Smith. -dije, haciendo un puchero para hacerla reír.

Lo que uno hace por amor...

-Me estas pidiendo que te bese. Un beso no se lo das a cualquiera, es algo intimó. -apartó la mirada, algo avergonzada.

Estaba de acuerdo con lo que decía, pero necesitaba hacerlo.

-Esta bien. -dijo, no muy convencida.

No me gustaba la sensación de que la estaba obligando a hacerlo.

Así que cuando comenzó a acariciarme el rostro no pude pensar en nada más, solo en su boca y en que la quería lo más cerca que pudiera.

Hice que se sentara en mis piernas, y cuando vi que no puso objeciones, repase su figura con mis manos.

Ella no se quedo atrás, porque cuando tuvo oportunidad retiro mi camiseta y nos encamino a su cama.

No podía controlar los latidos frenéticos de mi corazón.

Su cuerpo desprendía un olor embriagador que me hacía flotar.

Todos estos sentimientos eran arrolladores.

Quería besar todo de ella, porque era perfecta.

Porque quería hacerla sentir como ella me hacia sentir a mi.

Mi entrepierna comenzaba a doler mientras seguía besando sus pechos, por lo que no tarde en deshacerme de la poca ropa que nos quedaba. La atraje hacia mi y después de unos cuantos besos y roces mis ojos por fin hicieron contacto con los suyos.

Me sentía conectado con ella, con una mirada ya sabia lo que estaba pensando.

Mis nervios se dispararon cuando ella se supo rígida.

-Sigue. -pidió, tiempo después.

Quería que este momento perdurar el tiempo que fuera posible.

Me sentía en el cielo, éramos uno en este momento.

Nunca me había sentido de esta manera ni esta coneccion con ninguna de las chicas con que las que había estado antes.

Es simplemente T/n.

Sus paredes se contrajeron, ahorcando así mi miembro, cuando tocaron la puerta de su habitación.

No quería parar ahora no cuando estábamos en el mejor momento.

-Créeme, yo tampoco quiero parar. -dijo ella rodando los ojos.

Su respuesta me calento el interior.

La atraje por la nuca, y después le pase mi camiseta para que se la pusiera.

Joder, esperar a que hablara con su padre mirándose tan caliente con mi camiseta puesta estaba siendo tedioso.

Cuando vi que la puerta se cerro me acerque a ella, pegando mi cuerpo al suyo.

Quería más de ella, de sus labios, de su cuerpo.

Llevaba tanto tiempo sin sentirme tan bien con una persona que temía volverme adicto a este sentimiento.

Un gemido entrecortado salió de sus labios cuando cole mi mano entre sus piernas.

-Eres perfecta. -dije, sin pensarlo mucho.

Desee que ella no lo escuchara, lo último que me faltaba era que se enterara que estaba loco por ella.

-¿Que? -la escuche decir.

Entre en ella de una estocada, sin tacto alguno.

No quería arruinar el momento, puede que ella no se sienta igual que yo y no quiero arruinarlo demostrándole mis sentimientos.

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Uno más ;)

No sé si hacer la segunda temp en esta misma historia o si hacerla en una aparte.