capítulo 45

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Mis ojos volaron a la pared de enfrente de mi escritorio; que estaba repleto de bocetos que hice hace meses, cartas sin terminar que le hice a personas, un calendario en el que tenía apuntadas fechas importantes con un círculo rojo como estaba marcado el día de mañana como un día "especial".

Estaba nerviosa, hace mucho que no celebramos Halloween, desde que mamá y papá se separaron para ser exactos, y eso no era buena señal.

Los chicos y yo habíamos planeado hacer una fiesta de disfraces en la casa del lago de los Gallagher, aquella casa que presenció la primera vez que Laura se transformó. No sabía si debía decirle a mi padre que celebraría esto después de tanto, no quería que sintiera como si lo estuviera traicionando por celebrarlo sin él, ni quería que pensará que olvidé todo lo que pasamos con mamá. Pero tampoco quería dejar plantados a los chicos, y mucho menos a Ryan, que había estado haciendo de todo para que lo perdonará, aunque le dije más de tres veces que ya lo había olvidado todo.

Me ha hecho desde regalos hechos a mano como; cartas, flores de papel (yo era quien se las pedía) y letras sueltas de canciones que me describían o describían como yo lo hacía sentir. También cosas compradas como; ropa, chocolatinas y ositos de peluche o cualquier animal.

Y en uno de esos regalos estaba hacer una fiesta de Halloween, ya que le conté lo mucho que me gustaba antes esta festividad.

Mañana ya es el día y yo no tengo ni siquiera el disfraz, lo que implica dejar que Laura me preste uno de los que ella tiene, y no es que sus disfraces sean de mi estilo.

Escuché como algo impactaba en el cristal de mi ventana llamando mi atención. Al girarme mis ojos chocaron con dos esmeraldas inquietas. Caminé hasta él con una sonrisa y abrí la ventana.

-Que raro verte tan temprano por aquí, Gallagher. -lo deje entrar.

-Quería verte.

Sus manos cubrieron mis mejillas y su boca atrapó la mía en un beso eléctrico.

-¿Ya sabes lo que te pondrás mañana?-pregunté con la respiración acelerada.

Mis dedos se hundieron en el cabello que le rozaba la piel de la nuca.

-No te lo diré aunque me lo preguntes cada vez que nos veamos. -sonrió.

Rodé los ojos divertida y volví a besarlo.

-Si sigues besándome así no bajaré con tu padre ahora...

Me separé de él sin dejar de sonreír.

La relación de papá y Ryan había mejorado notablemente desde que apareció, y me gustaba. Ryan lo necesitaba y mi padre también. Tienen tantas cosas en común que da miedo.

Bajamos las escaleras cogidos de las manos. Al entrar a la sala el ruido de la televisión acaparó el momento. Papá se reía desde el sofá hablando por teléfono, pero al percatarse de nuestra presencia se despidió lo más rápido que pudo y cortó.

-Ryan te he dicho que entres por la puerta, no por la ventana. Todavía no sé cómo puedes subir hasta ahí.

Sonreí viendo como mi novio se ponía nervioso. Nos sentamos al lado de papá.

-¿Cómo va el juego? -me senté a su lado.

-Hasta ahora, fatal. -le contestó con una mueca.

-No sé si preocuparme de que tengas más cosas en común con mi padre que conmigo. -le susurré.

Después de rogarle a mi padre que pidiéramos comida china aceptó, así que una hora y veinte minutos después el timbre sonó.

-No voy. -dije lo más rápido que pude junto a Papá.

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