capítulo 31

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Nadie había abierto la boca en todo el viaje. Yo miraba por la ventanilla distraídamente dándole vueltas a lo que pasó antes. Solo tengo que hacer como si nada pasara. Y ya.

Cuando bajamos las cosas del coche trate de ir al piso de arriba pero una mano me sujetó el brazo firmemente. Mire a Aidan sintiéndome nerviosa otra vez. 

—Tenemos que hablar. —No parecía esperar una réplica.

Salimos al patio trasero, donde hace unos días trato de besarme. Me abracé a mi misma esquivando su mirada.

—Lo siento, T/n. 

Sus palabras parecían sinceras. Asentí para después tratar de irme.

—Espera... —Me agarro del brazo. —. Lo que te dije antes... Era verdad. No es porque seas algo de Ryan, es que me gustas.

Negué con la cabeza, soltandome de su agarre.

—Casi ni me conoces. No sabes nada de mí, no te puedo gustar así como así.

—Si que te conozco, y me gustas. —Aseguro.

—Aidan, ya te lo dije...

—Tampoco es que Ryan sepa la gran cosa de ti. —Soltó.

Pareció haberse arrepentido de decir aquello porque se acercó más a mi cauteloso.

—T/n, me tienes que dar una oportunidad.

—No. Convertiste a Laura. —Vocifere molesta.

Bajo la mirada, algo apenado.

—Lo siento también por eso.

—Parece que tienes muchas cosas que sentir.

—Dame una oportunidad. —Trato de agarrar mi mano.

—No quiero. Estoy con tu hermano.

—T/n, se que con el tiempo podrás...

—Aidan, escuchame. —Hice una pausa, alterada. — ¡No vamos a ser nada nunca! ¿Por qué no lo entiendes? Solo quieres tener algo conmigo para sentir que otra vez le pudiste quitar algo a tu hermano. Yo no voy a formar parte de ese juego de competitividad.

Se quedó clavado en su lugar, viéndome con los ojos muy abiertos, claramente enojado.

Pase por su lado sintiendo algo de pena por él, pero eso no quitaba que estaba molesta con él. No logro entender porque él y Ryan se llevan así. Fui directa a darme una ducha caliente. El agua se deslizaba por mi espalda logrando relajarme mientras el vapor húmedo cubría todo la habitación. Aquí adentro por fin puedo deshacerme de todos mis pensamientos. Salí del baño y entré a la habitación. Mis ojos se posaron en Ryan, que fumaba un cigarrillo y expulsaba el humo por la ventana que había al lado de la cama.

—Deberías dejar de fumar. —Camine al armario donde había metido mi ropa.

—¿Por qué debería? 

—Porque te puedes enfermar. —Dije obvia sacando mi ropa del armario.

—Soy un hombre lobo. No puedo enfermarme de la misma manera que los humanos.

—Igual, es un mal hábito fumar. Deberías dejar de hacerlo. —Me coloque la ropa interior sin dejar caer la toalla.

Aprendí que si le pedía que se fuera no lo haría. La verdad me daba igual si se iba o no, aunque claro, prefería que no lo hiciera...

Escuche su risa ronca.

—Nadie quiere cocinar. Pediran pizza. Y si, pedi tu favorita.

Lo mire con una sonrisa enorme.

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