capítulo 29

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—Más, Ryan —Gemí mientras los ojos se me llenaban de lágrimas.

Me aferre a su espalda sintiendo espasmos recorrer mi cuerpo.

—Dilo. —Gruño viendome.

—S-soy tuya. —Gemí sintiendo mi vagina contraerse.

Tiró su cabeza hacia atrás soltando un gemido. Agarre su cara y lo bese para calla nuestros gritos de placer. Me separe para poder respirar sujetándome a su espalda aun con las piernas temblando enrolladas en su cadera.

—¡Ahh, Dios mio! —Sentí el orgasmo aproximarse.

Mis paredes se contrajeron, cerré los ojos con fuerza sintiendo el calor propagarse por mi cuerpo y me vine igual que él. Dio más embestidas alargando nuestro orgasmo. Me beso antes de acostarse a mi lado. Puse mi cabeza en su pecho escuchando su corazón latir rápidamente.

—Te quiero. —Lo escuche decir.

—Y yo a ti. —Susurre sonriendo.

La mañana empezó fuerte, lo sé. La verdad no recuerdo en qué punto de la conversación terminamos besandonos, una cosa llevó a la otra y..., bueno, paso eso.

Nos metimos en el baño y al terminar de bañarnos me mire en el espejo. Abrí los ojos como platos viendo las marcas rojas que tenía por todo el pecho.

—Ay..., puede que me haya pasado —Susurró abrazándome por detras.

—¿Tu crees? —Lo mire mal desde el espejo. —. ¿Y ahora que hare? 

—Nada. —Se alejo de mi para ponerse su camiseta. —. Muestrale al mundo que eres mía.

—Que gracioso eres, Ryan Gallagher. —Rodé los ojos.

—Venga ya, no están tan mal

—¿Quieres que yo te haga unas a ti?

—No estaría mal...

—Estas loco.

—Loco por ti, cielo.

Negué con una sonrisa poniéndome enfrente de él.

Un rato después bajamos a la sala. La mayoría de los chicos ya estaban despiertos y Laura hacía el desayuno con la ayuda de Jonny. Me senté en el sofá la lado de Aidan. Noah estaba en el suelo y Riley estaba en el único sofá individual.

—¿Durmieron bien? —La voz burlona de Riley llamó mi atención.

Mi cara ardió sabiendo lo que ella insinuaba.

—Sí, Riley. Gracias por preguntar. —Salto Ryan.

—¿Y esta mañana? Despertaron bien, ¿no, T/n?

—S-sí. 

—Deja de molestar ya, Riley. —Laura gritó desde la cocina.

Nunca había sentido tanta vergüenza, excepto por la vez en la que llegue tarde y me hicieron quedarme delante de la clase hasta que la profesora terminó de dar el tema y me hizo sentarme.

Aun avergonzada, miré a Noah, que reprimía una risa desde el suelo. Le tiré un cojín cuando soltó una risita por no poder contenerse más.

—Cambiando el tema. —Aidan hablo dirigiendo su mirada a mi. —. Cualquier dia de estos, si es que quieres volver a divertirte un poco, pasa por mi habitación. Compre un poco de tu amiga Maria. 

Vi como Ryan se tensaba, apunto de explotar.

—No, gracias. —Sonreí algo incomoda.

—¿Segura? Mira que es buena

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