Mía

EXTRA 1

Este es el pov de Ryan de los caps 5-6 ;)

Disfruten.

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Cuando me enteré que a T/n se la habían llevado a comisaría para hacerle unas preguntas sobre lo que había pasado con aquella chica mi sangre se congeló.

Admito que aquella vez la cague. Estaba estresado y tenía hambre, pero lo último que pensé que iba a pasar pasó, y no supe cómo afrontar el problema.

No podía amenazarla, ni infundir miedo, porque, muy en el fondo, no quería que me lo tuviera.

Tarde o temprano iba a tener que contarle lo que soy y lo que ella es para mi, solo estaba alargando el momento al no contárselo.

La llame, y admito que no fui muy cortes.

No sé porque siempre termino tratándola tan mal... No es que quiera hacerlo, simplemente me pongo demasiado nervioso y no soy capaz de ser amable porque sé que si lo soy ella también lo será y aparecerá la culpa por haberle mentido durante tanto tiempo.

Aparque la moto en la comisaría y entre para ir a buscarla.

Ay mierda..., la sujetó tan fuerte que le deje marca.

-Sube. -dije tratando de parecer lo más indiferente que pude.

T/n no me ponía fácil la tarea de mantener la calma.

Necesitaba pensar y tenerla al lado, así que la lleve a la playa que había a las afueras del pueblo, supuse que le gustaría y acerté cuando bajamos y admiro el lugar con sus ojos grandes.

Brillaban mientras se fijaba en las flores que descansaban en el prado. Se veía tan hermosa con el viento ondeando su cabello. No podía apartar la mirada de ella.

Entre tantas flores hermosas, ella era la más bonita.

Cuando pude apartar la mirada de ella nos sentamos en la orilla, con el agua rosándonos los pies.

-¿Cuando me lo contaras? -rodó una flor violeta entre sus dedos.

Todo lo que quería era que T/n no supiera nada de mi.

No quería que ella me conociera de ese modo, porque ella es lo único bueno en mi vida y no me gustaría contaminar su luz con la oscuridad que hay en mi vida.

-No quiero que me tengas miedo después de lo que viste. -. No pude evitar reprimir ese pensamiento.

-No lo hago...

Su respuesta me dejó descolocado.

Me alegraba eso, pero a la vez me parecía ilógico.

-¿Por qué?

-No te imagino haciéndome daño. -dijo, sin mirarme a los ojos.

Sus respuestas me gustaban, era justamente lo que quería escuchar y lo que no debía.

Cambiamos de tema, no quería que T/n se diera cuenta de que no podía dejar de verla y de sonreír por lo que me estaba diciendo.

-No has cambiado mucho desde que somos niños. -sopese.

T/n siempre ha tenía esa personalidad alegre, pero reservada y tranquila. Eso era lo que me gustaba de ella, era el perfecto equilibrio.

Ella es perfecta.

-Tienes unos lindos ojos. -. Cuando me di cuenta de que había dicho eso y no lo había pensado trate de arreglarlo lo más rápido que pude: -Claro, no más que los míos.