16| Amigos que se besan

11 2 0
                                    

Lincy me pidió que fuese esta mañana a su casa, pero fui una vez que ayudase hacer algunas cosas en la casa a mi mamá

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Lincy me pidió que fuese esta mañana a su casa, pero fui una vez que ayudase hacer algunas cosas en la casa a mi mamá. Porque si no lo hacía recibiría un castigo.

Apenas llegue note la emoción de la chica, ella estaba emocionada porque ya había terminado los bocetos. Solo debía medirme para confeccionar los vestuarios.

Entre a su habitación la cual su cama estaba llena de telas y cosas que va a usar. Busco en el primer cajón de su cómoda la cinta de costureo para empezar con las medidas.

—Colócate de manera recta—Me daba instrucciones y le obedecí, luego siguió—Levanta los brazos para medir tu cintura.

Luego la chica iba directo a su cuaderno y anotaba las medidas y así hizo con mis brazos, y todas las medidas que necesitaba.

—¿Listo? —Pregunte al notar que ya me había medido completamente.

—Si.

Mi mirada se centraba en el cuaderno de Lincy, ya que ella me había tomado mis medidas, y admito que me daba curiosidad saberlas.

—¿Me podrías dar mis medidas?

—¿Por qué las quieres?, ¿trataras de hacer una prenda igualmente para ti?

—No, solo que me dio curiosidad de pronto saber mis medidas.

—Está bien—Contesto Lincy y me entrego su cuaderno.

Vi y noté los números, y cuando leí el tamaño de mi cintura me di cuenta de que quizás debía bajar más de lo que pensaba. No cumplía con la regla que decía que debía tener 60, y tenía más que eso. Mi autoestima se iba de picado con eso, me sentía inútil porque hacia ejercicio y me encontraba igual.

—Ahora tendré que encargarme de que mis bocetos pasen a ser creaciones reales. A casi se me olvida, Amaia, Guido está en su habitación—Comento la chica haciendo que volviese a tierra.

—¿Él quiere que vaya?

—No, simplemente te aviso porque sé que quizás al no verlo hayas pensado en que no estaba.

—Lincy, ¿ya no sigues enfadada?

—Ya no, bueno sí. Pero no contigo ni con él, más bien con mi padre. Puedes creer que cuando cenamos él no está. Siempre desaparece. A veces pienso que quizás el hará lo mismo que hizo nuestra madre. Se enamorará de alguien más, creará una nueva familia y nosotros no estaremos ahí.

—Lincy, ¿alguna vez le has dicho lo que sientes a tu padre?

—Nunca lo he hecho, porque sé que no recibiré un abrazo. Solo recibiré dinero. Y si sé que el dinero hace que pueda comprar muchas cosas, pero el dinero no me abraza, no me dice buenas noches. No esta cuando necesito consejos. Lo único más cercano a un padre es mi hermano, y por eso deje de enfadarme con él. Ya no tengo celos que tú y el sean amigos.

Cuando cambien Las Estaciones (+18) (Actualizando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora