𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟐

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CAPÍTULO 2
"NUEVOS ENTORNOS"

🌘🌘🌘

—Gracias.

Edward Cullen y Bella Swan estaban conversando con Andrea Clare luego de su última clase.

—Como pudiste darte cuenta no estábamos prestando atención —confesó Bella con una sonrisa tímida.

—No se preocupen —sonrió la chica frente a ellos— solo ayudé a evitar un castigo —rió un poco— además, estabas lo suficientemente atento —dijo viendo a Edward— sabías perfectamente las líneas.

El vampiro sonrió amable.

—De todos modos gracias —dijo por última vez.

—No hay de qué. Los veo luego —terminó por decir la chica alejándose mientras la pareja tomaba el rumbo contrario.

Al salir de la escuela, Andrea llegó a su nueva casa dentro de la reserva Quileute, encontrando a sus padres.

—Cariño —la madre de Andrea dio una gran sonrisa al verla cruzar la puerta— ¿Cómo estuvo tu primer día?

La chica le devolvió el gesto dejando sus cosas en un sillón.

—Bien, mamá. No conocí a mucha gente pero sí a la amiga de Jacob Black, ¿lo recuerdas?

—Asi es cariño.

—Bella Swan y su novio, Edward Cullen.

Al escuchar el apellido, la madre de Andrea guardó silencio repentinamente y fijó sus ojos en un lugar que no fuera su hija, pero aquel detalle la joven no lo notó, afortunadamente para la señora Clare.

—Son algo... ¿callados? —comentó divertida omitiendo el silencio de su madre— pero son amables —dijo terminando para darse vuelta y ver a la mujer— ¿Y a ti cómo te fue? ¿Papá está en casa?

La señora Clare seguía pensativa.

—¿...Mamá?

—Estuvimos desempacando, cariño.

Entonces el señor Clare, el padre de Andrea, apareció en el lugar bajando las escaleras, salvando a su esposa de aquel shock.

—Hola linda —una gran sonrisa se mostró en su rostro antes de abrazar a su hija.

—Hola papá —la chica también enseñó una brillante dentadura antes de corresponder al gesto.

Una vez el hombre se apartó de Andrea, se acercó con sutileza a su esposa ya que el también había escuchado el antiguo y peligroso apellido.

—Encontramos algunos de tus pequeños peluches, ¿no es cierto, cariño? —el señor Clare tocó el hombro de su esposa, dejándole la oportunidad de hablar.

—Es cierto —asintió hablando la mujer, una vez volvió en sí— esos pequeños lobos de felpa volvieron a ver la luz del día.

Los tres rieron luego de las palabras de la madre de la familia.

—Les dejaré un lugar especial —comentó Andrea—. ¿Cómo va la reserva? ¿Han hablado con alguien, algún vecino? —indagó.

Sus padres se dieron una mirada cómplice y silenciosa antes de responder. Había algo que ellos sabían pero su única hija no.

—Bien cariño, algunas personas han venido a saludar —respondió el señor Clare.

—Es bueno que tengamos vecinos nuevos —sonrió la chica antes de tomar nuevamente sus cosas y subir al segundo piso de la casa.

𝐔𝐍𝐃𝐄𝐑 𝐓𝐇𝐄 𝐒𝐀𝐌𝐄 𝐌𝐎𝐎𝐍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora