𝐔𝐍𝐃𝐄𝐑 𝐓𝐇𝐄 𝐒𝐀𝐌𝐄 𝐌𝐎𝐎𝐍

𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟏𝟐

CAPÍTULO 12
"NO TENGO NADA QUE PERDER"

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Cada segundo que pasaba era como una condena para Bella. Cada paso que daba, haciéndose lugar entre la gran multitud en Volterra, era el esfuerzo de todo su cuerpo y alma intentando encontrar al hombre que amaba.

Todo iba como en cámara lenta, las personas, las voces, Volterra en general; hasta que el reloj marcó las doce.

Bella divisó a algunos metros a un Edward desnudando su torso y avanzando hacia la puesta del sol, una niña a cierta distancia del inmortal observó lo que el vampiro quería, su piel brillando como finos y delicados diamantes. Bella viendo aquella escena corrió directamente hacia Edward, una fuente frente a ella en medio del camino no fue obstáculo para alcanzarlo. Pasando en medio de ella, el agua mojando el final de su pantalón, sin importarle, fue testigo de cómo Bella corrió tan rápido como pudo, llegando tras unos segundos de que el reloj sonara en toda la ciudad junto a Edward.

—¡No!

El vampiro la abrazó pensando que finalmente se había encontrado con el alma de la mujer que amó.

—El paraíso —salió de sus labios disfrutando el aroma de Bella.

—Abre los ojos, Edward. Muévete. Soy yo, estoy viva.

Los ojos del hombre se abrieron siguiendo la indicación.

—Bella...

La pareja de amantes se adentraron en un antiguo edificio, Edward estaba sorprendido de ver a Bella viva y ella estaba exaltada por haber logrado salvar al amor de su vida.

—Estás aquí.

—Estoy aquí —aseguró Bella recuperando el aliento.

—Estás viva —sonrió el vampiro aún con su torso desnudo.

—Necesitaba que me vieras una vez —el tono en Bella no eran tan alentador y alegre para la situación—, que supieras que estaba viva y no te sintieras culpable, que pensaras que fue tu culpa... Ahora ya puedo dejarte ir.

Edward, con su mirada en Bella, negó tras escucharla.

—No me sentí culpable —confesó— solo no podía vivir en un mundo donde no existieras.

—Pero tu dijiste que... —inició Bella recordando la despedida que habían tenido en Forks.

—Mentí —se apresuró a decir Edward— tuve que mentir, pero tu me creíste tan fácilmente —dijo en medio de un lamento.

Una Bella consternada trataba de entender la situación.

—No... porque no tiene sentido que tu me ames...soy humana. Soy nada.

—Lo eres todo para mí, Bella —aseguró el vampiro tomando del rostro a su amada—. Todo.

Ambos eliminando la poca distancia entre ellos, sincronizaron sus respiraciones, uniéndose por fin en un sentido y esperado beso. Un beso que unía lo mejor de sus interiores.

Hasta que fueron interrumpidos.

—No necesitaré sus servicios después de todo —explicó Edward resguardando a Bella con sus brazos.

Dos hombres frente a ellos, hablaron a lo largo del pasillo.

—Aro quiere volver a hablar contigo.

—Ninguna regla se rompió —aseguró Edward.

—Aún así, deberíamos seguir esta conversación en un lugar más... adecuado.

—Bien... Bella,¿por qué no vas y disfrutas del festival? —mencionó el hombre tratando de omitir la presencia de la chica en todo ello.