Capítulo VII: Cuidado

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Narrador

Gente evacunado, llorando, gritando y peleando. Eso era lo que mayormente se veía.

Familias afuera de sus hogares. Perros, gatos, aves corriendo, volando o trepando para escapar de los lugares inestables.

—¡Vayan al área de evacuación! —grita un enfermero.

—¡Con cuidado...! —alguien ayuda a un anciano que se había caído.

Los que estaban en pisos más altos ocupaban las escaleras e intentaban dejar las puertas abiertas el mayor tiempo posible.

Los jóvenes eran ayudados por la enfermera que los fue a avisar.

—¡Vayan con cuidado! —les dice a los chicos— ¡Pongan atención! —grita llamando la atención de las personas más cercanas— ¡Si son capaces, cúbranse la cabeza con las manos! ¡También apéguense a las paredes más estables del edificio!

La mayoría hizo caso a las indicaciones de la enfermera.
Por las ventanas se veía a muchas personas con la bata del Hospital ya en tierra firme.

Llegaron a las escaleras y todo era un desastre. Gente cayéndose, empujándose e incluso maldiciéndose. Habían médicos que intentaban afirmar a sus pacientes para que no se cayeran o resbalaran.

—¡Mantengan las puertas abiertas para las personas que aún no logran evacuar!

La enfermera daba tantas indicaciones útiles que muchas personas lograron salvarse.

Llegaron a las afueras del Hospital. Mucha gente reunida, asustada, preocupada y llorando.

—Niños, quédense aquí hasta que algún familiar venga a buscarlos. —les dice la enfermera antes de entrar de nuevo al Hospital.

Pasaban los minutos y el terremoto no cesaba. Se veían árboles caer, techos y algunos que otros locales derrumbarse.

Los dos jóvenes estaban asustados y miraban ansiosamente si la enfermera salía por las puertas del Hospital con alguna persona.

Lamentablemente no fue así.

De un momento a otro, el movimiento sísmico fue incrementando, haciendo que la mayoría de personas perdiera el equilibrio. Y junto a eso...

El Hospital.

Éste se derrumbó, dejando a su paso sólamente polvo.
Los estudiantes estaban en shock al ver tal escena. La chica tenía una manta envuelta en sus hombros que su compañero le había pasado mientras corrían a las escaleras.

El movimiento de la tierra ya había cesado y se escuchaban las sirenas de Policías, Ambulancias y Bomberos.

Mucha gente comenzó a llorar tras ver los escombros que quedaban del edificio, junto a ellos, los estudiantes.

Sabían que aún quedaba demasiada gente adentro del Hospital. A más de una persona les dolió ver el desgarrador llanto de adultos o niños.

Entre los escombros se veía sangre, demasiada que algunos desviaron la mirada.

Los Bomberos ya habían llegado al lugar y abrieron paso hacia los escombros.
Ambulancias llevaban heridos por caídas o empujones.

—¡Por favor, no miren! —pidió a gritos un Bombero.

—Mis niños... —se acercaba una señora con la cara roja y lágrimas al Bombero— Mis hijos están ahí adentro... ¡Por favor, déjeme pasar!

No te dejaré ir tan fácil...  [Muichiro Yandere x ___]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora