SN | ❝ ¿Volar? Pero si los dragones también nadan para danzar. ❞
Raelon Targaryen encontraba divertido ser el gemelo del príncipe Aegon, pero aún más, que su madre hubiera decidido mandarlo al otro lado del mar y dejarlo en manos de su infame tí...
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DESDE DÓNDE ALICENT LO HABÍA ENTENDIDO, TENÍA DOS OPCIONES: I. Dejar que sus hijos se mataran entre sí o II. Mandar a uno de ellos lejos del otro para evitar un fratricidio, intencional o no. Y la siempre correcta reina Hightower eligió la segunda alternativa, porque más allá de cuidar su alma con los dioses y su reputación en los Siete Reinos, ella no se permitiría perder a un hijo.
Elegir para una madre, jamás sería una tarea fácil, por lo que tuvo que pedir consejo a su padre y Otto Hightower no se tentó el corazón con su contundente respuesta en el regreso de su carta de Antigua:
Aegon es el primogénito de Viserys, y el más parecido a él debido a sus rasgos valyrios. Su reclamo necesitará credibilidad. Deja que Raelon se vaya. Es sólo un repuesto que no nos esta favoreciendo; no sólo tu posición en la corte dependerá de esta decisión, también la de tus hijos.
Pero un repuesto, esa definición estaba lejos de ser lo que Raelon, Aemond o Daeron significaban para Alicent. Ellos eran sus hijos, carne de su carne y sí cierto era que, en un principio, cuando era aún más joven, se había refugiado en su ideal de deber, n el pasar de los años convirtió a sus cinco retoños en su más fuerte razón de existencia. ¿Por qué causa sino repelía seguía repeliendo a Rhaenyra y Dysis con uñas y dientes si no era por ellos? Para asegurar su supervivencia, pues su padre tenía razón, sí Rhaenyra llegaba al trono, no los dejaría con vida mientras representen un desafío.
Viserys no tardó en informar el futuro de su segundo hijo al Consejo Privado, lo que llevó a la mesa la nueva problemática: ¿A dónde podían enviar a un príncipe Targaryen? ¿Qué señor era el adecuado para conseguir su seguridad? ¿Quién lo protegería de los rumores que ya se sembraban en todo Poniente sobre que intentó asesinar a su hermano?
Ser Harrold Westerling se había encargado de mantener a los príncipes bajo control por orden del rey al asignarles un miembro de la guardia real que los siguiera a todas partes y bajo ninguna circunstancia, podían dejarlos a solas. Ser Arryk para Aegon y Ser Erryk para Raelon, Alicent había aprendido a distinguirlos por el hijo suyo al que resguardaban.
Aunque últimamente, sólo veía a Raelon en las horas de comida o reuniones oficiales. Habían pasado tres semanas desde el incidente, pero la culpa en Alicent no se aminoró. Cada que veía a Raelon a la cara, un nudo de vergüenza y aflicción la llenaban, aquella tarde fue su furia y preocupación por Aegon lo que la hizo soltar la cascada de acusaciones a su hijo menor, no lo había dicho en serio, pero su arrebato se marcó en la cicatriz aún rosada que Raelon llevaba arriba de su ceja, casi marcando una x, pero gruesa y desigual.
Los Siete le reprochaban sus faltas como madre, tanto que ni siquiera se atrevió a objetar a Rhaenyra durante la reunión cuando propuso el destino definitivo para su hijo menor.
