Глава 32

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— No se tú ruso, pero yo necesito un trago. — El latino se levanta dirigiéndose a un pequeño almacén, donde se encontraban algunos licores.

— ¿No tienes tequila? — Pregunta asombrado de no encontrar dicha bebida, Rusia no contesta, se mantiene sentado en su lugar sin hacer movimiento. — Bueno empecemos con..... ¡Vodka! —

Saca la botella de la vitrina, toma dos vasos, los coloca en la mesa de centro, sirve la mitad de ambos vasos, entrega uno al eslavo.

— Por la muerte de todos los malditos que nos atormentaron. — Dijo el mexicano recargandose en la mesa, levantando su vaso en dirección a Rusia, esperando que él le correspondiera.

Rusia ríe suavemente, choca el vaso.

— Будьте здоровы. — Aún cuando México no le entendió, ambos se terminan de una el licor.

— ¿Y tú? — Pregunta México mirándolo.

— Что? — Contesta mirándolo.

— No me has contado nada acerca de tu pasado. —

Rusia lo mira con una mirada fría y sin expresión. — Entre menos sepas, es mejor para ti. — Dijo por fin, toma la botella del licor y sirve más en ambos vasos.

— ¿Por qué no? Estaré un largoooo~ tiempo aquí contigo. Debo conocerte más para saber a lo que me enfrentó. — Resivio gustoso el vodka que le era ofrecido.

— Да, pero solo serán un par de meses, no quiero involucrarte tanto en problemas con los que no deberías cargar......... Además por lo que he sabido de ti, no estás viviendo la vida que te gustaría. — El menor lo mira con una ceja levantada.

— ¿De qué hablas? —

— Pará muchos eres un ser muy difícil de leer, sin embargo, para mí eres como un libro abierto... Al que con lo poco que lees en una página, te va sorprendiendo más. —

México lo mira con un rostro sorprendido, no tenía palabras para responder. Pesé a todo lo que le dijo, el ruso aún mantenía una mirada dura.

— Piensas que todos en algún momento buscarán la forma de atacarte y de hacerte sufrir, he de suponer que es por el trauma de tu niñez...... No te ofendas, pero solo consigues mostrarle tu lado débil a la gente. —

El latino muestra una sonrisa grande.

— Curioso que lo digas, cuando yo solo lo hago por mero placer, créame señor Rusia, lo que está presenciando no es más que un solo teatro que yo mismo me estoy montando.... Para usted y Austria, soy una herramienta que pueden manipular a su antojo, aunque, se equivoca, después de que le regresen a su hermano; yo no volveré con mi "padre". — Hizo comillas con sus dedos en la última palabra. — La razón por la que no me he cumplido el placer de matarle, es porque usted es el único que logrará que Austria pague. —

El eslavo, lo mira detenidamente, como si lo estuviera analizando, ante esto, México sólo agranda su sonrisa.

Pará su sorpresa, Rusia se carcajea.

— ¿Tanto odio le tienes a Austria? — Cuestionó entre risas, por un momento, el menor pudo notar sus afilados dientes. — Estoy seguro que si hubieras querido, lo pudiste haber matado. —

El mexicano se queda callado, borrando su semblante burlon.

— Ya veo~. — Rusia pasó su lengua por sus delgados labios. — Le tienes miedo. ¿En serio? —

— ¡No es miedo! — Contraataca. — Es solo-. —

— No me vengas con el cuento de gratitud. — Le interrumpe. — Le temes a ese austriaco. Pero mi pregunta es porque.... Tu dices que te salvo y te adoptó dentro de la mafia. —

МафияDonde viven las historias. Descúbrelo ahora