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AYUKI
Después de aprobarnos a todos, nos dijeron que nos llevarían al examen dentro de media hora ya qué tenían cosas que hacer y nosotros aceptamos. Nos ofrecieron una habitación qué estaba limpia con un té para cada uno para matar él tiempo, a mi me dieron un te muy bueno que según ellos el resfriado pasaba más rápido y ayudaba a qué la fiebre disminuya. Nos sentamos todos en el suelo.
- Ayuki, supongo que nos debes una explicación. - Dijo Gon señalando mis orejas qué aún no se habían ido.
- Está bien, os la debo... - suspiré y empecé a resumirles todo. - Todos los miembros de mi familia, tienen parte de gato. Podemos controlar cuando queremos serlo, sin embargo, no lo podemos controlar cuando nuestro organismo está mal o hace calor. Pero como es muy difícil que nuestro organismo esté mal simplemente lo ignoramos y solemos vivir en el frio, bueno de hecho no sabemos realmente lo qué es el frío ya que convivimos todos con él desde que nacimos. - les expliqué y se quedaron asombrados.
- Increíble... ¿Y puedes hacer cosas qué hacen los gatos? - Preguntó Kurapika.
- En cierto modo si. Nos volvemos más fuertes al ser gatos, aunque en mi caso estando resfriada no sirve para nada. - Me reí para mi misma. - También podemos manipular nuestras uñas y qué sean incluso más afiladas qué las de un gato. - Dije demostrándoselo.
- ¡Alucinante! - Se sorprendió Gon. - Pero, ¿Por qué lo ocultas si eso es muy bueno?
- Lo primero. - Dije haciendo el número uno con las manos. - Al igual qué hay cosas buenas hay cosas malas. Al igual que los gatos, podemos entrar en celo. Por suerte, a mí aún no me ha tocado, y lo qué realmente es malo del celo es qué no es solo con la forma de gato, también si estamos normal nos puede entrar el celo y convertirnos en gato, igual qué con un resfriado pero muchísimo peor. Con el frío podemos evitarlo un poco pero lo puedes seguir teniendo igual.
- Vaya mierda. - Dijo Leorio decepcionado.¡¿Acaso se pensaba que todo eran cosas buenas?!
- Segundo. - hice el número dos con las manos. - Lo oculto por qué... me da vergüenza. ¡Es vergonzoso ser un gato!
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