Nuevos comienzos son los que definirán está segunda entrega de Le Mat.
Enzo es un joven de apenas 22 años que posee una vida fuera de lo normal, ya que tiene que mantener un gran secreto que une a cientos de familias del mundo en un clero sagrado...
Estoy de camino a una misión que me es imposible de lograr, puede que la emoción el miedo y la intriga estén provocando en mi cuerpo algo como, algún tipo ansiedad. Mis manos sudan terriblemente y junto a mí hay otros aspirantes, que al parecer comparten los mismos síntomas.«
-Ten calma, no pasará nada malo.
-No tengo miedo...
-Pero tus manos no paran de temblar y el sudor de tú frente y palmas te delatan...
-Solo es el calor que me genera éste estúpido uniforme, dejame en paz.
-Te queda bien, te hace una buena silueta y va con el tono de tú piel, el rojo, en definitiva es tú color. Por cierto mi nombre es Alicia, un gusto..
-¿Alicia como la loca del país de las maravillas? -pregunte entre risa.
-Si. -Me miró furiosa.
-Lo siento... Es solo una broma, mi nombre es Enzo, un gusto mi lady
-Te mataré si vuelves a decirme lady -apuntó su dedo hacía mí rostro y lanzó una pequeña llama de fuego.
-Tú don al parecer es débil -respondí con una risa provocativa.
-Tengo más trucos bajo la manga estúpido sacerdote.
-No es el forma de tratar así a su futuro padre, monja novicia...
-Disculpe padre... -Se acercó lentamente, tomó mi mano y me dio un beso dejándome una herida.
-¡Ey! ¿Acaso estas bromeando? Quemaste mi mano.
-Sólo es un beso...
Dejó muy clara su señal, ahora sé que le pertenezco. Soy de su propiedad, su aliado en esta nueva aventura. Llegamos a destino y al pararnos en la puerta de la catedral tres sacerdotes y una monja nos esperaban con miradas muy frías.
-¡ATENCIÓN POR FAVOR! SIGAMME TODOS HASTA EL CONSAGRATORIO -dio la orden un sacerdote.
Me siento algo anonadado con la infraestructura Europea de ésta Basílica, es hermosa y sus estatuas poseen un realismo único que me vuelan la cabeza, los techos son de vidrios pintado a mano y en ellos está dibujada toda la historia de nuestra congregación.«
-¡Sean bienvenidos jóvenes aspirantes! Les damos una cálida bienvenida a el consagratorio, mi nombre es Malaquias y soy el director de esta institución y también el capitán de toda la región Europea, la que hace cientos de años es nuestro refugió. Aquí, como muchos de ustedes saben, van a estar bajo entrenamiento estricto para convertirse en los próximos guerreros celestiales, donde aprenderán a controlar sus dones y servir a su Dios.
