Le Mat - El clero de San Pedro -

capítulo 12 ( El traidor )

Los gauchos presentes revelaron sus verdaderas naturalezas y nos habían rodeado, no teníamos escapatoria, debíamos pelear a muerte.

—¡ENZO AHORA! —Gritó Samaria.

Domine el fuego de las velas y comencé a atacar a los demonios que se me acercaban.
Magnus y Murielle atacaban desdé arriba con sus arcos, mientras Camilo y Asáis atacaban junto a Samaria.

—¡CAMILO ES TU MOMENTO! —Gritó Asáis.

Asáis cortó  sus  muñecas y comenzó a salir sangre a borbotones, Camilo logró dominar la sangre de Asáis y comenzó atacar a los demonios que caigan sin tanto esfuerzo de batalla.
La demonio de gran talento, pisó fuerte el suelo y hizo temblar el suelo.

—¡ES UNA DEMONIO TERRATUM! —Gritó Magnus.

La mujer se quitó el sombrero que le cubría el rostro y pudimos observar que de sus ojos eran blancos en su totalidad.
Alicia se puso en frente suyo y comenzó a lanzar llamas descontroladas que incendiaban casi por completo el lugar.

—¡ESPERÉ DURANTE AÑOS PODER TENER LA SUERTE DE MATAR A CAZADORES! —Expresó su felicidad oscura.

—Seguirás esperando demonio. —Dijo Camilo desdé atrás atacando a la demonio de sorpresa.

Antes de que Camilo pudiese golpearla la voluptuosa mujer se percató del ataque y con un golpe rápido lo tiró con fuerza al otro lado de la sala.

—¡CAMILO! —gritó Asáis saliendo a su socorro.

Murielle y Magnus descendieron desdé las  alturas y se unieron a la pelea contra la mujer.
Samaria y yo fuimos por el hombre anciano que no se inmutaba en hacer ningún mínimo movimiento, él estaba obstaculizando el paso para poder atacar al Pombero.
Con mis manos apunté en su dirección para poder destruirlo y él con una simple imposición de manos desvío el fuego.

—Mi turno joven. —Dijo amenzante.

Con rapidez sacó de su espalda dagas y las comenzó a tirar una tras otra con demasiada rapidez.
Samaria antes de que las dagas impacten en alguno de nosotros, dominó el fuego de todo el lugar creando un círculo de fuego alrededor del escenario.

—¡¿Camilo, te sientes mejor?! —preguntó Asáis mientras ponían ambas manos en su pecho y curaba a su fiel amigo.

—¡TE ARRASTRARÉ AL INFIERNO CAZADOR! —Dijo la demonio.

—¡MURIELLE, MAGNUS VENGAN! —ordenó a los gritos Asáis.

Ambos llegaron en su ayuda y cubrieron a Camilo.

—¡CORTARÉ TU CABEZA DEMONIO!— gritó Asáis con furia.

Dejó de lado a Camilo y salió a cumplir su amenaza, la demonio dominó la tierra que había en el lugar y comenzó a atacar  a Asáis.
Él, desplegó los abanicos y se aproximó a ella y comenzó a atacarla hiriéndola en cuestión de minutos., Asáis cortó nuevamente sus venas y ungió con su sangre los abanicos para así para finalizar su promesa, lanzó ambos abanicos con furia que dividieron en tres el cuerpo de la demonio.
El anciano al ver lo sucedido gritó con horror y dominó el cuerpo de Asáis, comenzó a extraerle de su cuerpo el aire dejándolo en el suelo inconsciente.
Yo, al ver a mis amigos heridos decidí entregarme a la  furia la cual me dominó por completo, desenfunde mis pistolas y comencé a hacer disparos con balas de sangre celestial que impactaron en la cabeza del anciano y lo mataron.

El organizador de la fiesta, el pombero,  agarró sus boleadoras y empezó a atacarme con ferocidad.
Magnus se puso al lado mío y comenzó a hacer disparos son su arma.
El demonio con sus boleadoras golpeaba los proyectiles que debían de impactar contra él.
Murielle de repente sacó una flecha incrustada en el cuerpo de un gaucho muerto.