capítulo 8 (somos uno solo)

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19 de julio de 2023, Tucumán, Argentina

—¡CUIDADO DETRÁS TUYO! —Gritó advirtiendo Murielle a Asáis.

Asáis se percató de sus atacantes y sacó ambos abanicos con cuchillas afiladas. El sonido al desplegarse fue una clara señal de que no tenían escapatoria.

—¿Quieren bailar uras? —Sonrió mostrando alegre su sonrisa amenzante.

—¿En serio? —preguntó Camilo.

—¿Acaso lo dije mal? ¿No sé dice ura? —Respondió en posición de ataque mientras los demonios se acercaban con rapidez.

—No somos Tucumános, aparte hiciste énfasis en la a. Es úra no urá —Dijo Murielle.

—Okey, basta de juegos. —Dijo Alicia.

—Dejenmelos a mi. —Dijo Asáis.

Los demonios empezaron a atacar a Asáis mientras él esquivaba ligeramente. Uno de los atacantes lo golpeó en la cara a lo que él respondió con un gesto que impacto a los demonios.

—¡¿Perra te atreviste a golpearme en la cara?! —Dijo Asáis.

Desde lo alto de los edificios abandonados saltaron dos bestias mas.
Asáis movió con fuerzas los dos abanicos y con unos cuantos cortes degolló a tres de los demonios.

—Ey Rojito, te queda  uno. —Dijo Alicia.

—Te lo dejo para ti monja loca. —Dijo mientras reía.

—No se vale ésta semana maté a 8 en total, tu solo a mataste a 5. —Dijo furiosa.

El demonio se acercaba rápido a Alicia mientras ellas sólo podía quejarse mientras veía como Asáis se retiraba lentamente.

—¡Maté a seis!

—¡No seas mentiroso!

Asáis lanzó sus abanicos contra Alicia, con rapidez Alicia se inclinó hacia atrás con el cuerpo, los abanicos fueron en dirección del demonio cortándole el cuello.

—¡Yo no miento! —Se escuchaba su voz alejarse.

—¡ERES UN ESTÚPIDO! —Dijo Alicia.

—¡Tú también, ah y casi me olvidaba, trae mis abanicos! —Dijo Asáis mientras desaparecía lentamente con su caminar.

—Presumido. —Dijo Alicia mientras agarraba los abanicos.

—¿Te sientes bien? —Preguntó Camilo.

—Si, me siento bien algo cansada quizá pero bien.

—¿Dejaremos los cuerpos así nomas? —Preguntó.

—No, no podemos seguir llamando la  atención, todos los canales de ésta provincia están ganando miles de pesos con las historias que inventan por nuestra poca discreción.

Alicia encendió sus manos y apuntó al cadáver del demonio.

—Okey mejor dejo que te encargues, iré a traer las cajas para las cenizas.

—Ve yo te espero, le pediré ayuda a Murielle. —sus manos se hicieron un lanza llamas y en minutos calcinó hasta los huesos del demonio.

Limpiaron la escena y en unas cajas grandes dejaron las cenizas de los demonios. Luego todos tomaron rumbo a la casa de Enzo.

—¿Cómo les fue muchachos? —Preguntó Valería.

—Bien señora Cairone, ya todo está bajo control, la zona está despejada pero algo me dice que hay más demonios. —Dijo Camilo.

Le Mat  - El clero de San Pedro -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora