Nuevos comienzos son los que definirán está segunda entrega de Le Mat.
Enzo es un joven de apenas 22 años que posee una vida fuera de lo normal, ya que tiene que mantener un gran secreto que une a cientos de familias del mundo en un clero sagrado...
Levantarme es difícil y aún sigo anonadado con lo que sucedió anoche, me sorprendió como Magnus salió a mí rescate, ahora la pregunta es ¿Podría considerarlo un amigo o un compañero?
Hoy comenzarán los entrenamientos físicos y de batalla, algunos pudieron descansar por lo que observé, yo no logré dormir lo suficiente porque mi cabeza no me dejaba de perturbar con lo que me dijo Samaria.
—Sin dudas no soy la única que se levantó con el pié izquierdo por lo que veo, mi cuerpo necesita descansar o una columna nueva —dijo Alicia un poco fatigada.
—Te entiendo, yo creo que necesito un cuello ortopédico —dijo Camilo mientras con sus manos hacia tronar su cuello.
—Yo me siento de maravilla, parece que hoy vamos a tener un buen clima —expresó su buen humor Asias.
—Presumido, solo por que tu don te permite curarte así mismo, yo no pude dormir y aún me duelen los brazos.
—Padrecito, me imagino que hoy va a defenderse sólo —dijo Alicia de forma burlista.
—¿Acaso las chicas no quieren ser amigas tuyas? —le respondí mientras la miré por sobre los hombros.
—Acaso no te cansas de ser tan imbécil.
»Se retiró furiosa con un poco de tristeza.«
—¡Ey, solo fue una broma! —dijo Asais.
—No estoy para bromas hoy.
—Pero no es forma de tratarla así. —Dijo Camilo.
—Tienen razón. —Mire a Alicia irse— Alicia por favor ven...
»Se alejó hacía donde estaban las chicas y me mostró su dedo mayor de espaldas haciéndome notar que enserio estaba enojada.«
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—¡Okey chicos! —Gritó un hombre desde arriba de la plataforma de combate —Mi nombre es Morfeo y soy su guía en los próximos entrenamientos, aquí van a aprender disciplina, utilizar sus dones y lo fundamental de todo guerrero, compañerismo..
—Al parecer son muchas cosas que vamos a aprender —Dije cabizbajo mientras me reía.
»Terminé de reírme y de sorpresa me golpeó una bola de fuego en el pecho dejándome en el piso«
—Y por último señor Trujillo, para que usted no se aburra le voy a dejar algo muy claro, aquí mando yo, aquí doy órdenes yo, aquí quien sólo tiene autorización para reírse soy yo. —-Mientras miraba a todos con con furia.
—¡Eso es ser abusivo! —Gritó Asáis.
»De pronto una bola de fuego también lo golpeó dejándolo en el piso, ya éramos dos los derribados.«
—¡No soy abusivo! Tienen que entender que con quienes van a enfrentarse tienen años de experiencia, sus dones quizás puedan sorprenderlos, —se paró firme y gritó —¡ALICIA PAOLINI, SUBA!
