Epílogo

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La mujer limpió sus lágrimas con las manos temblorosas.

Odiaba recordar su pasado y más aún ahora que su hija oía atentamente cada detalle de este.

La menor chasqueo su lengua.

_Eso se oye muy jodio, mamá..._ La oyó decir _ ¿Puedo probarme tu uniforme?.

La mayor asintió y la vio colocarse prenda por prenda hasta llegar al cinturón blancuzco en su mano.

_¿Me ayudas?_ Pidió con una sonrisita y ahí lo noto.

Aquella pequeña y rosada cicatriz sobre su labio; Era la misma que ella misma tenía desde que era una niña tan pequeña como su propia hija.

La vio ponerse de espalda y reír con suavidad mientras la pelinegra mayor amarraba la tela de la forma correcta. Había algo raro en ese momento, algo tan familiar y a la vez tan extraño que hizo retorcer sus entrañas.

_¿Sabes?  Esto esta bien..._ Murmuró la niña llamando su atención.

_¿Eh?_ Gimió la mujer terminando el moño_ Listo cariño ¿Así esta bien?.

La vio asentir con su cabeza y al momento de volverse no pudo evitar jadear con impresión. Los ojos almendrados de su hija ahora se mostraban de un color azul lápiz opaco y tenían una expresión en verdad amable.

La cicatriz pequeña y rosada ahora era acompañada por otra más alargada y gruesa en su mejilla; tenía la nariz pequeña y respingada como la curva de una tobogán; Sus pestañas largas y negruzcas convinaban con su cabello que, curiosamente, ya no era risado y descuido, sino brillante y con un perfectamente prolijo corte bob.

No era su hija en verdad, sino un fiel reflejo de ella misma en su niñez, ahí sonriendo con calma.

_Esto esta bien..._ Repitió achinando los ojos_ Siempre que tenemos problemas podemos con ellos, ¡Sin ayuda!, así que esta bien...

Stolas parpadeo un par de veces ¿De que se trataba todo eso?¿Por qué derrepente su hija se había convertido en ella misma de pequeña?.

_No te preocupes, somos muy fuertes así que no debes dejar que estas cosas nos afecten... Siempre nos volvemos a levantar sin importar que tan fuerte nos golpee la vida, por que somos guerreras y un pequeño tropezón no nos detendrá... Recuerda lo que dijo Gabriel, nuestro padre... El nos ama y está horgulloso de nosotras, no lo decepcionemos ahora...

Sintió sus manitos calidas limpiar las lágrimas de su rostro y no pudo evitarlo. Con los brazos temblorosos rodeó el diminuto cuerpo paliducho y huesudo en un tierno abrazo que casi la hizo derretirse.

Necesitaba tanto de eso...

_Tranquila... Esta bien esto..._ Repitió una vez mas_ Solo debes levantarte una vez más, siempre lo hacemos...

Stolas asintió y lentamente se separo de la menor para mirarla a los ojos.

_Eres fuerte... No dejes que ellos te ganen... Solo somos nosotras contra este mundo...

La mayor sintió un vacío tangible al ver a su copia más pequeña caminar en dirección a la puerta y colocar su mano en el pomo; Con aquella sonrisa sincera y los ojos amables de un ciervo achinados en dos pequeñas ranuras que hacían más que notorias aquellas cicatrices rosadas y frescas.

_No lo olvides, ya no estas sola en esto... Ahora me tienes a mi..._ Canturreo para después abrir la puerta con una luz cegadora del otro lado_ Somos tu y yo contra el mundo...

Y la observo correr hasia la luz como si de un juego se tratara.

_¡¡ESPERA!!_ Gritó y como respuesta solo recibió el eco de una dulce risita infantil en la lejanía.

Stolas parpadeo un par de veces y derrepente  ya no estaba en la cocina de una casa con su hija esperando a su marido, ahora se encontraba acurrucada junto a las viejas y polvorientas escaleras de su antiguo hogar.

Al incorporarse sintió el crujir de su espalda y el dolor muscular no tardó en aparecer, pero ¿ Como no sentirse así?  Había dormido semi-acostada sobre las escaleras, utilizando el ante último peldaño como almohada mientras usaba una chaqueta vieja como manta.

Estaba completamente empañada y el hambre hacia rugir su estómago como una bestia infernal; Con el cuerpo tembloroso se puso de pie y a tropezones intento esquivar las dos botellas de whisky vacías en el piso.

se deslizó torpemente por la escalera hasta llegar a su viejo cuarto, observando los cuadros tapados en telas de arañas y tierra.

Juan Domingo Peron y Eva abrazados y saludando al pueblo con una sonrisa genuina y amorosa; Un mate de madera humeante y colmado de hierba de mate con agua hirviendo y por último un vibrante Diego Maradona besando la copa del mundo con tanta devoción que causaba un calor extraño en el pecho de quien lo viera.

Estaba tal y como lo había dejado hace tres años atrás.

Su memoria le trajo viejos recuerdos de una versión más joven de sí misma corriendo por los pasillos del pequeño edificio en busca de su madre o con sus pequeños amigos jugando.

¿Por qué había soñado eso? ¿Una hija? Era tal vez el sueño más reconfortante y cálido que había tenido el placer de experimentar. Recordaba sus rasgos a la perfección y no pudo evitar sonreír al pensarlo.

La puerta chillo cuando fue abiertan dejando ver un cuarto desordenado y sucio, con un futon polvoriento y mohoso casi olvidado por dios. Con pesadez se dejó caer en el colchón haciéndolo crujir y su tos no se hizo de esperar y solo pudo culpar a la intensa nube de polvo que se levanto debido a su impacto.

Por un momento sintió su mundo girar debido a los fuertes mareos. Con algo de curiosidad metió su mano bajo su playera y acaricio su bajo bientre con ternura y devoción.

Era tan suave y esponjoso al tacto.

Una hija... Un pequeño guijarro de felicidad creciendo en lo más profundo de su matriz...

Verla crecer y convertirse en una hermosa mujer de bien; Educada y de buen vivir; Seguramente estudiaría mucho y se convertiría en una profesional.

La llevaría a su tierra y le enseñaría todo lo que ella sabía; A conducir, a hablar español, a prepara fernet y a disparar rifles.

O bueno... Tal vez eso de los rifles era una muy mala idea.

Quizás podría enseñárselo a sus nietos, si eso era mejor. Porque  estaba segura de que su hermosa hija contraeria nupcias con un gran hombre; Trabajador, noble y amoroso, que cuidaría y amaría a su hija como nadie en esa tierra.

Si, ella ya lo tenía fríamente planeado.

Era en verdad una puta locura ¿No? Planear la vida de una hija a la cual solamente pudo soñar, detalladamente.

Sus dedos recorrieron su piel fría y una risita tierna se escapó de sus labios.

Ella estaba decidida; Dejaría cada pedazo de sí misma para conseguir un futuro brillante para aquella hija que solo conocía en sus sueños.

Una hija... SU hija...

   Eso estaba bien...

      Estaba más que bien...

SHORTY "SHOJO"  IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora