A Million Men • KTH • Resubiendo.

18. Una nueva flor en el jardín.

Luego de aquella noche ambos jóvenes se sonreían cada mañana, Young Mi alistaba el desayuno para Tae cada mañana cuando volvía de trabajar y Tae hacía lo mismo pero con la merienda.

Ambos eran un equipo con las responsabilidades de la casa y con el pequeño Taennie, que últimamente se la vivía más feliz de lo normal.

Pasaban menos tiempo juntos debido a que Tae tendría dentro de poco un concierto y el trabajo para Yumi había incrementado con la llegada de nuevos clientes.

Los fanáticos de Tae y SunHee solían espiarlos en sus citas programadas, pero la mayoría terminaban en una pelea y comenzaron a especular que uno de los dos era infiel.

Las discusiones de ambas estrellas surgían cuando hablaban del contacto físico, Tae no deseaba abrazarla, mucho menos besarla, así que sólo le daba uno que otro beso en la frente o la cabellera.

Tae no deseaba a aquella chica cerca, el quería a la mujer de orbes azules cerca de él y aunque seguía sin comprender la razón, la necesitaba cada día más, estaba tan acostumbrado a su aroma, presencia que no verla en los últimos días le resultaba difícil.

La chica castaña se encontraba en la esquina del establecimiento, ella se encargaría de recibir a las nuevas chicas, había una que le causaba curiosidad, puesto que Namjoon había mencionado que había llegado por voluntad propia.

Im MiYeon una castaña de orbes oscuros y mirada encantadora, cabellera semi castaña y algo dorada, su sonrisa era contagiosa, pero por momentos era bastante fría.

La camioneta llegó y de esta bajaron algunas chicas que iban desde los 16 hasta los 22 años, cuando comenzaron a bajar algunas tenían sus ojos hinchados de tanto llorar, otras parecía que habían perdido el alma y luego estaba MiYeon, llena de energía, emocionada por lo desconocido.

- Hola, soy Im Young Mi, pero pueden llamarme Yumi o Dolly - trato de darles una sonrisa que las animará un poco - se que no desearían estar aquí, pero sean positivas algunas se irán pronto y otras tal vez se vayan antes de lo que pensaban.

- Eres un asco dando ánimos... ¿Lo sabías? - le miró mal la mayor de las nuevas adquisiciones de Joon, Jeon Yeji.

- Lo lamento entonces. Vengan - les hizo una señal y sin dudarlo la siguieron hasta el interior del lugar.

MiYeon no paraba de observar a la mayor, su porte al caminar, su apariencia, nada indicaba que ella fuese una prostituta.

- Este lugar es un asco, todo esto es una mierda - bufó la chica que anteriormente había hablado con Yumi, sacándola de quicio girándose en su dirección.

- Sí, todo esto - hizo referencia junto a sus dedos - es una mierda, pero no hay de otra. Tienes dos opciones, aceptar lo jodida que estás y asumir en donde te encuentras o sentarte a llorar hasta secarte, porque tu padre te apostó, como si fueras vil dinero.

La menor se quedó sin qué decir, tenía razón su padre la había vendido.

- ¡Unnie! - la llamo MiYeon y está volvió a girar en dirección ahora de quién la llamaba.

- Dime Dolly, no me gusta que me digan Unnie - expresó con una mueca de desagrado, abrió la gran habitación que tenía las literas donde se quedarían, el closet y los tocadores para que se arreglaran - aquí pasarán parte de su día, de su vida. Deben arreglarse lo antes posible, serán presentadas para que paguen por ustedes.

MiYeon siendo la menor de las chicas se acercó a Yumi, buscando sus lindos orbes celestes.

- Yumi, ¿podría ayudarme? - los ojitos de Bambi que hizo esa chica le recordaron a su pequeño pelinegro y sin rechistar aceptó.

Cepillo su cabello, para luego ondularlo, se acercó al closet y de este saco uno de los vestidos más decentes del sitio, era de su talla, comenzó a maquillarla, mientras la menor la miraba con bastante admiración.

- Yumi, ¿usted por qué sigue aquí? - curioseo, y Dolly no sabía qué responder.

- No lo sé, solo porque sí.

Young Mi observó con detalle a la chica menor y se percató que tenía el mismo color de ojos que Tae, no podía evitar recordarlo y sonreír ante ello.

- ¿Pasa algo? - sonrió de una forma tierna MiYeon y fue acariciada por la mayor con mucho cariño, desde que sus miradas se conectaron, una conexión inexplicable surgió. Young Mi sintió el deseo de proteger a la pequeña como lo hacía con Jungkook, con Yeontan o hasta con el mismo Tae.

Namjoon se adentro a la habitación, quebrantando cualquier indicio de tranquilidad, su aura imponente fue sentida y asustó un poco a todas las presentes, menos para Yumi que ya estaba acostumbrada.

- Veo que ya conoces a mi nueva flor - sonrió con galantería y se acercó a Dolly y a MiYeon. -Es pura, igual que cuando llegaste aquí... - tomó uno de los mechones de hebras doradas de Yumi, intentando incomodarla - recuerdo ese día como si fuera ayer.

- Namjoon, déjame - alejo su mano y se colocó frente a la menor - déjala tranquila.

La menor pensaba en desmentir al mayor, ella no era virgen, pero recordaba que cuando le mintió para dejarla entrar ese había sido el anzuelo.

- De acuerdo, puedes pasar un ratito con Young Mi, sirve que te explica como ser la mejor prostituta de Bisandong... Ella me ha vuelto demasiado rico por acostarse con un millón de hombres - soltó una carcajada burlón y salió de la habitación.

- Creó que te odia - señaló Yeji burlona.

- No digas eso, así debe de ser con todas nosotras - señaló Gia una de las chicas mayores.

Sana quien se adentra al sitio a ayudarle a Yumi, escuchaba lo que decían sobre la relación de su jefe y su amiga.

- Si, la odia por rechazarlo.

- Tiene razón, me odia por... ¡Sana cállate!

MiYeon reía junto a sus compañeras ante la discusión de la pelinaranja con la castaña, sobre qué tan sensual era Yumi y sus ojos envidiables, no dejaron de arreglarse para ir a trabajar.

Las nuevas frutas estaban a punto de salir a la venta y la flor más pequeña de "Il giardino" sería un completo éxito.

Maratón 8/10.

Hola!
Ojalá les guste el capítulo y puedan contarme su opinión, les tqm! 💜